Contaduría Pública diciembre 2021

A lo largo de los años, desde los primeros registros que tenemos de la aparición de las civilizaciones, se han encontrado hallazgos muy inte- resantes acerca de cómo nuestros antepasados utilizaban una prác- tica social que ha permitido una armonía entre la humanidad, en la creación de redes de contacto que les permitiera compartir recursos entre cada agrupación y persona. Está práctica conocida como ‘‘permuta’’ o ‘‘trueque’’, se puede definir como el intercambio de bienes o de servicios por algún otro objeto o servicio, en el cual ambas partes estuvieran de acuerdo con el dar y el recibir de dicho intercambio. En principio esta permuta consistía en el intercambio de bienes necesarios para la sobrevivencia humana, como lo podrían ser productos de origen animal y vegetal, para la alimentación de pequeñas aldeas y familias, para ambas par- tes involucradas. Sin embargo, al pasar de los siglos, con el descubrimiento de los yacimien- tos de metales como el cobre, hierro, oro y la plata, surgieron las monedas, en 680 a.C., según los primeros registros en Lidia, hoy Turquía. Estas monedas son parte fundamental para la evolución de la economía que hoy conocemos. Con este nuevo descubrimiento, los trueques ya no se realizaban por medio de los mismos productos, sino que existía un elemento intermediario para la obten- ción de productos y servicios: la monedas. Así, dependiendo del metal con que estuviera elaborada, su valor podría ser mayor o menor. Para el siglo IX, en China, oficialmente se comenzó a utilizar un nuevo medio de comercio llamado ‘‘papel volante’’, ya que este representaba un medio más factible, debido a que simbolizaba un gran valor dependiendo de la denomi- nación en cual fuera emitido, y no era una gran carga o peso, como lo eran las monedas hechas de metal. Poco a poco, en muchos otros lugares se comenzó Criptomonedas a hacer frecuente el uso del papel como medio de intercambio para bienes y servicios. Este papel, más tarde se conocería como ‘‘billetes’’ o ‘‘papel mo - neda’’, que al igual que las monedas, son medios vigentes en la actualidad, y siguen siendo parte fundamental del día a día de la economía del mundo. No obstante, los billetes son regulados por cada país, emitiéndose con sus propias políticas monetarias, diseños e incluso marcas para evitar la mala práctica de falsificación. Este conjunto de billetes y monedas, emitidas por un país, es conocido como dinero fiduciario. Con el avance tecnológico descomunal que hemos tenido a lo largo de estos últimos siglos, el dinero fiduciario ha alcanzado un nivel más allá del mundo tangible, se ha convertido en dinero electrónico, representado por números binarios, por medio de los bancos, que son el eje fundamental de la economía global. Gracias a su red bancaria (con una carga tecnológica en sistemas para su mantenimiento y vitalidad), el dinero se encuentra en ‘‘cuentas bancarias’’, de manera electrónica, y puede ser utilizado por elementos de papel (cheques) y de plástico (tarjetas de débito y crédito). La evolución de la permuta no acaba con el sistema de red bancaria. En 2008, una persona con el sobrenombre de ‘‘Satoshi Nakamoto’’, publicó una tesis aislada junto con un grupo de voluntarios, acerca del uso del dinero digital, más allá del banco, el cual iba a ser frente a medidas inflacionarias actuales y del dinero fiduciario. Esta tesis planteaba un valor agregado diferente a lo que el banco había ofrecido, el cual era la transparencia, por medio de un ele- mento digital denominado ‘‘bitcoin’’, que en español se traduciría como: ‘‘Bit’’: digito y ‘‘Coin’’: moneda, de manera homologada, podría ser: moneda digital. Hoy en día, el bitcoin y otras monedas digitales son conocidas como cripto - monedas, las cuales basan su red de intercambio en una tecnología deno- minada blockchain ’ o por su traducción ‘‘Cadena de Bloques’’; esta cadena la podemos definir como una red gigantesca que permite el funcionamiento de estas monedas, en donde se mantiene un registro de todas las operacio- nes que se realizan día a día con ellas. A diferencia de un sistema bancario, el blockchain propone una manera diferente de mantener y resguardar la información, que es todo lo contrario a la red centralizada de los servidores bancarios. Este ecosistema digital es sostenible gracias a los mismos usua- rios de la cadena, es decir, mediante equipos de cómputo especializado, pues una persona puede participar en el mantenimiento de la red, y a cam- bio recibir una moneda o al menos una fracción de ella, y de este modo to- dos, trabajando en conjunto, posibilitar que la cadena funcione de la manera más transparente, sin problemas de robo o manipulación de información o, al menos, es lo que la teoría nos permite ver. Conclusión Las criptomonedas y el blockchain son saltos tecnológicos importantes que modificarán la manera en la que manejamos la metadata por Internet. Es inevitable pensar que las criptomonedas pudiesen ser el futuro de lo que hoy podemos conocer como ‘‘Intercambios Equivalentes’’ por productos y servicios, sin embargo, hay que plantearse las siguientes preguntas antes de considerarlos como un medio de trueque: ¿Es tan seguro como la teo- ría lo aplica? Si es seguro. ¿por qué ha habido tantos fraudes por medio de Bitcoin? ¿Es un instrumento de inversión? Cada una de estas preguntas son realmente interesantes, inclusive existen gobiernos hoy en día, que ya están trabajando en la legislación de estos activos virtuales, con el fin de que sean regulados y controlados, lo cual representaría un fuerte golpe para la inte- gridad de las criptomonedas. I rving M artín F reyre V allares Estudiante de la Facultad de Contaduría y Administración de la UADY irvingmfv@gmail.com ¿Una nueva forma de permuta para la sociedad? MISCELÁNEO 50 CONTADURÍA PÚBLICA 51

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