Mtro. Alfredo Cristalinas Kaulitz Presidente del Consejo Directivo de la Academia Mexicana de Auditoría al Desempeño, A.C. alfredo.cristalinas@hotmail.com Rendición de cuentas El poder del voto informado El voto es preciado. Es la herramienta sin violencia más poderosa que tenemos en una sociedad democrática y debemos usarla. John Lewis Era el año de 2009 y México se preparaba para la elección intermedia en la que se renovaría la Cámara de Diputados federal en medio de un movimiento para anular el voto con el objetivo de “generar una fuerte presión ciudadana y orillar a los partidos a aceptar reformas orientadas a limitar sus privilegios y fortalecer políticamente a los ciudadanos”.1 Si este llamado fue exitoso o no, lo que la estadística revela es que en comparación con otras elecciones intermedias desde 1996, la elección de 2009 resultó tener el porcentaje más alto de votos nulos con 5.4% de la votación nacional emitida. Nueve años después, en la elección presidencial de 2018, la ciudadanía daba un revés contundente al PRI, partido oficial en un sexenio caracterizado por escándalos de corrupción en los más altos niveles del gobierno federal, para dar el triunfo a Andrés Manuel López Obrador con más de 30 millones de votos, lo que le representó 53% de la votación.2 Estos dos pasajes de nuestra historia democrática son apenas un ejemplo del poder que tiene el voto deseablemente razonado. Benjamín Fuentes afirma que la rendición de cuentas no termina ni puede sustentarse solo en el ámbito electoral, “es claro que las decisiones electorales de la población no reflejan necesariamente un escrutinio sobre los resultados de la gestión gubernamental sino, más bien, están en función de variables como la coyuntura política, las corrientes en la opinión pública y el carisma de los políticos que compiten en la contienda electoral”.3 Guillermo O’Donnell4 sostiene que, en la rendición de cuentas vertical por medio de elecciones razonablemente limpias, los ciudadanos pueden votar a favor o en contra de ellos, pero reconoce que no está claro hasta qué punto este proceso resulta eficaz como instrumento de asignación de poder público y conformación del Estado, tal como lo vimos en las elecciones de 2009 y 2018, respectivamente. Por su parte, en la rendición de cuentas horizontal, la existencia de agencias del Estado legalmente facultadas para fiscalizar y sancionar administrativa o penalmente conductas contrarias a la ley, deben contar con autonomía para que sus actos no se vean afectados por injerencias de proyectos personales y ajenos al interés público, pero sobre todo y por el bien del Estado mismo, debe prevalecer y hacerse valer la división de poderes. El Sistema Nacional Anticorrupción de México tiene rasgos de la rendición de cuentas vertical y horizontal que plantea O’Donnell. En la vertical, si bien la ciudadanía actúa como sensor en la asignación del poder público por medio del voto sin demostrar su eficacia, es mediante el Comité de Participación Ciudadana (integrado por cinco personas de la sociedad) que además preside el Sistema, donde se encontró un vehículo para incidir institucionalmente en la otra vertiente de la rendición de cuentas, la horizontal, en la que el Comité Coordinador tiene la responsabilidad de articular las acciones del combate a la corrupción. A 14 años de su publicación, la Ley General de Contabilidad Gubernamental puede constituirse en un pilar de la rendición de cuentas vertical, donde la ciudadanía haga sentir el poder de su voto informado y que con ello incida eficazmente en la conformación de los poderes públicos. Para que esto ocurra, sociedad y gobierno deben apostar por la educación cívica en la que se cultive, desde la formación básica, el interés sobre la cosa pública y que al menos considere los siguientes diez temas: 1. Acceso a la justicia, estado de derecho y derechos humanos. 2. Nociones básicas de políticas públicas. 3. Importancia de la información pública. 4. Gobierno abierto. 5. Gobernanza y construcción de redes ciudadanas. 6. Participación ciudadana e incidencia en políticas públicas. 7. Mecanismos institucionales para la vigilancia de la gestión pública. 8. Evaluación al desempeño de los entes públicos. 9. Educación vocacional para el servicio público. 10. Ética en el servicio público. Por su parte, la profesión contable organizada y las asociaciones de alta especialidad técnica como la Academia Mexicana de Auditoría al Desempeño, debemos estar a la altura para participar junto con el gobierno, en la creación de una cultura ciudadana que apoye el avance democrático del país, que garantice bienestar social para la población y las generaciones por venir. 1 Cfr. Crespo, J. A. (25 de mayo de 2009). “Horizonte político/Voto duro vs. voto nulo”. Excélsior. 2 Cfr. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (8 de agosto de 2018). “Dictamen sobre cómputo final, declaración de validez del proceso electoral y declaratoria de presidente electo”. 3 Fuentes Castro, B. (Septiembre-Diciembre de 2020). Marco Institucional y Rendición de Cuentas. Revista en Administración Pública, LV(3), 91-108. 4 O’Donnell, G. (Noviembre-Diciembre de 1997). Rendición de cuentas horizontal y nuevas poliarquías. Nueva Sociedad, (152), 143-167. Fuente consultada Vázquez Alfaro, J. L. (2012). El voto nulo (y el voto en blanco). México: Instituto Nacional Electoral. Disponible en: <https://portalanterior.ine.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYECMaterialesLectura/docs/03_VotoNulo.pdf>. Consultado en enero de 2023. 66 AMDAD
RkJQdWJsaXNoZXIy MTMwNTgyMg==