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ISSN 2594-1976
Artículos

Entrevista con Luis Raúl Olivas. Presidente de la Comisión de Ética del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C.

admin - 1 marzo, 2011

Por C.P.C. Silvia Rosa Matus de la Cruz
Socia de Matus de la Cruz y Asociados, S.C., e integrante de la Comisión de Revista del IMCP
matus.asoc@att.net.mx

Ética implica al reconocimiento de valores, comportamientos y actitudes positivas, a los que se sujeta la actuación de los individuos, en nuestro caso, de un profesional de la Contaduría Pública. Tuvimos la oportunidad de conversar al respecto con quien se desempeña como Presidente de la Comisión de Ética del IMCP, y a continuación sus puntuales respuestas

¿Cómo define los conceptos “valores” y “ética”?
Desde el punto de vista conceptual (sin pretender hacer un razonamiento filosófico) considero que los valores representan los atributos, ya sean positivos o negativos, que tienen las personas o las cosas; mientras que, la ética podría considerarse como los principios sociales y morales que intervienen en las relaciones humanas.
Sin embargo, en el ámbito de la Contaduría Pública el concepto de ética debemos tomarlo respecto al comportamiento del profesional dentro de tal función y no en un contexto más amplio.

¿Cómo enfoca el concepto ética el IMCP, en cuanto a su aplicación al profesional de la Contaduría Pública?
La profesión de la Contaduría Pública en México, desde los inicios de su vida institucional, por medio de lo que hoy es el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (IMCP) y sus múltiples colegios afiliados, ha estado atenta a la interacción de sus representados, los Contadores Públicos, con los diversos actores de la sociedad y, especialmente, con los usuarios o beneficiarios de sus servicios (comunidad de negocios, autoridades gubernamentales, clientes y público en general), así como con sus colegas y representantes de otras profesiones. Recordemos que a fines de la década de los veinte el IMCP expidió el Código de Ética Profesional. El objetivo final de esto es identificar las acciones profesionales que son propias de la labor del Contador Público, así como aquéllas que no resultan adecuadas, con el propósito de salvaguardar la imagen general de la Contaduría Pública como una profesión integrada por individuos respetuosos y dignos de respeto.

¿Considera que la ética es flexible, o bien, es siempre una e inmutable?
A este respecto, cabe mencionar que la ética, en su más pura acepción, no es un término, asunto o producto que se pueda encasillar en una definición limitativa. En esencia, la ética implica el reconocimiento de valores, comportamientos y actitudes, todos ellos positivos, a los que se sujeta la actuación de los individuos o, como en nuestro caso, de un profesional de la Contaduría Pública.
En consecuencia, considero simplemente lógico concluir que en un auténtico juicio de valor, debemos considerar a la ética como una e inmutable, respetando, por supuesto, los valores y las costumbres de cada grupo humano.

En este ambiente de globalización, ¿qué papel desempeña la ética y qué riesgos corre su aplicación?
Si tomamos en consideración el comentario anterior en cuanto a la inmutabilidad de la ética, en congruencia, debemos establecer que los cambios que se originan por los avances tecnológicos y la facilidad de comunicaciones, entre otros, es decir, los elementos que han permitido y provocado la llamada globalización, no deberían afectar los aspectos fundamentales de la misma.
Sin embargo, atendiendo a los cambios que experimentamos, día con día, tanto en la sociedad como en el mundo de los negocios, estos también se dan en el enfoque con el cual abordamos diversos temas, incluyendo la ética.
Es posible que uno de los mayores riesgos que pueda enfrentar la ética en el ambiente de los profesionales de la Contaduría Pública sea el cambio de actitud hacia los valores y normas de actuación y comportamiento, de manera que se hagan interpretaciones desviadas de su correcta aplicación.

Como ya mencionó, la ética es un concepto que existe por sí mismo sin necesidad de regularlo, pero ¿cómo lo enfoca el IMCP de manera institucional?
Recordemos que el IMCP desde sus inicios tuvo siempre presente la conveniencia y necesidad de que los miembros que integran la profesión organizada mantuvieran la ética como uno de sus valores fundamentales. En estas condiciones, con el tiempo ha evolucionado la forma en que el Instituto enfoca este concepto para llegar al cuerpo normativo con el que hoy se cuenta. Es decir, los Estatutos del IMCP requieren que la profesión cuente con un Código de Ética, para el cual se tiene un grupo de trabajo normativo llamado Comisión de Ética Profesional, que me honro en presidir, y cuya función es proponer la norma correspondiente.
Asimismo, en la estructura del Instituto y sus colegios federados, contamos con Juntas de Honor (o sus equivalentes) cuyas funciones incluyen, entre otras, la aplicación del Código de Ética respecto a los asuntos específicos que llegan a presentarse (quejas o denuncias relacionadas con el actuar de un Contador Público).
Cabe destacar que, dentro del marco establecido por el IMCP en cuanto a lograr la convergencia de las disposiciones normativas de la profesión, con los equivalentes aprobados en la IFAC (International Federation of Accountants) —organización mundial de la que formamos parte prominente— en fechas recientes, la Comisión de Ética Profesional propuso diversos cambios al Código de Ética, los cuales ya fueron aprobados por la profesión, dentro de los procesos normativos que nos rigen, por lo que actualmente contamos con un Código de Ética que cumple, tanto con los lineamientos que nos hemos marcado desde hace muchos años, como con los dictados por la IFAC.

Dentro del contexto normativo que describe, ¿cómo ha evolucionado el enfoque del IMCP?
En primer lugar, quisiera reiterar mi convicción de que la ética existe por sí y no debe ser objeto de regulación o codificación. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que, en todo grupo humano, nos regimos por disposiciones formalmente establecidas (códigos, leyes, reglamentos, etc.), además de que el sistema legal mexicano nos lleva a pensar en términos de estas disposiciones formales.
Ante esto, y siendo la profesión congregada por el IMCP, un grupo que se rige por sus estatutos y demás disposiciones normativas que de estos surgen, como ya lo señalé nuestro Instituto desde hace muchos años se dio a la tarea de contar con un grupo de normas que se conjuntan en nuestro Código de Ética Profesional.
Este Código ha sido objeto de diversas actualizaciones, reformas y adecuaciones; la más reciente es la que recoge los principios plasmados en nuestras anteriores disposiciones normativas y, en atención a los compromisos internacionales asumidos con el IFAC, se complementa con el Código modelo establecido por este organismo internacional.

¿Cuáles considera que son los dilemas éticos más delicados o que más se presentan en la profesión?
Aunque resulta muy interesante su pregunta, es relevante destacar que la Comisión que presido, siendo de orientación normativa, limita sus intervenciones a revisar constantemente el Código de Ética Profesional para proponer modificaciones al mismo, o bien, dar respuesta a las consultas que sobre él son planteadas por los colegas, los colegios federados o el mismo Comité Ejecutivo del Instituto.
En consecuencia, creo que la pregunta debería plantearse a las Juntas de Honor que, dentro de sus respectivas competencias, tienen la tarea de interpretar y aplicar el Código a situaciones concretas que les son presentadas.

Si existiera una crisis de ética, ¿cuál sería la percepción del IMCP al respecto?
Tal vez el término crisis no es del todo aplicable a los eventos que en los últimos años se han presentado en el mundo de los negocios, involucrando a miembros de nuestra profesión.
Sin dudarlo, han sido acontecimientos que, por su gravedad y alcances no se hace necesario describir nuevamente, pero que debemos ver como pruebas a las que se ha sometido la solidez de la profesión organizada, en el entorno mundial, y de las que hemos salido airosos, porque la ética de nuestro actuar general no puede ser cuestionada por hechos aislados, en buena medida gracias a nuestras disposiciones normativas.

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