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Artículos

La Casa de la Sal. Experiencia de vida

admin - 1 julio, 2011

Lic. María del Socorro García Estrada
Coordinación de Enlace Hospitalario
La Casa de la Sal, A.C.

Los grandes proyectos están hechos por la suma de voluntades y de personas sencillas que por medio de pequeñas decisiones se atreven a dar un sí ante problemáticas que parecerían más allá de sus propias fuerzas

Muchos de los fundadores o pioneros de estos grandes proyectos, más allá de contar con recursos materiales o económicos, han confiado en el poder de su intención para lograr concretar su sueño, en beneficio de un bien común. Esta es la historia de cómo surgió La Casa de la Sal, A.C. Un día de 1986 en la Ciudad de México, Rosa María Rivero Velasco, Doctora en Pedagogía, recibió una llamada telefónica de una de sus alumnas para solicitarle su ayuda, ya que su hermano estaba muriendo a consecuencia de una “rara” enfermedad llamada SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).
Recordemos que en ese entonces lo poco que se sabía en nuestro país al respecto, era que en 1985 en la Cd. de San Francisco en EE.UU., se dio la alerta epidemiológica a nivel mundial, sobre la aparición de una nueva enfermedad que afectaba al sistema inmunológico de algunas personas, quienes tenían prácticas de penetración anal, al grado tal, que los pacientes morían por la serie de complicaciones de las diferentes enfermedades que desarrollaban de manera súbita. La visita que la Dra. Rosa María realizó al joven paciente le impactó profundamente y fue determinante en su vida, pues sin ella saberlo, su vida se entretejió para siempre, con la ayuda profesional y amor incondicional a las personas portadoras del virus del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), quienes además de padecer la gravedad de la enfermedad, libran aún en la actualidad, la peor de las batallas, que es el cargar con los miedos e ignorancia de una sociedad intolerante y de doble moral, por medio del estigma y discriminación, de las cuales son objeto constantemente.
Ante la aparición de más casos de VIH/SIDA, Rosa María convocó a sus mejores amigas para realizar un esfuerzo e iniciar un gran proyecto que, justamente, atendiera las necesidades de estos pacientes, sus parejas y familiares, fue así como nació La Casa de la Sal, A.C. Este grupo de siete valientes mujeres, pioneras en dar respuesta inmediata ante el embate de la pandemia, fueron y siguen siendo inspiradoras del espíritu que priva en las diferentes áreas, en cada servicio y cada voluntario, que durante 23 años han realizado de manera ininterrumpida, visitas domiciliarias y hospitalarias, pláticas y talleres de prevención del VIH, psicoterapia para hombres, mujeres, niños, familias y parejas, distribución de medicamentos a través del Banco de Medicamentos, grupos de autoapoyo, Escuela para Padres, Centro Infantil y de Adolescentes, Cursos y Talleres, todos estos servicios destinados a los pacientes y sus familiares quienes, generalmente, son de escasos recursos económicos y atendidos en los principales hospitales de tercer nivel del Sector de Salud Pública.
A 25 años de la aparición del VIH/SIDA, los retos y desafíos médicos y sociales han ido cambiando, en un principio era considerada enfermedad terminal, pero con la aparición de los nuevos fármacos y su incorporación al esquema básico de medicamentos del sector público (1997), se transformó en enfermedad crónico degenerativa; es decir, una enfermedad controlable por medio del medicamentos antirretroviral (TARV) y el manejo de los cofactores o autocuidado de los pacientes (alimentación, ejercicio, descanso, cero consumo de sustancias tóxicas, uso correcto del preservativo para evitar las infecciones o reinfecciones y atención emocional).
La ciencia, la medicina y el área de farmacología, han brindado una gran esperanza de cantidad y calidad de vida a los pacientes, por medio de los siguientes avances:

  • Descubrieron cuáles son las prácticas de riesgo y las vías por las cuales sí se transmite el VIH: vía sanguínea (sangre y sus derivados, objetos punzocortantes), vía perinatal (durante el embarazo, parto y lactancia materna), vía sexual (sexo oral, anal o vaginal sin uso de preservativo).
  • Identificaron las vías por las cuales no se transmite el VIH: convivencia cotidiana, saludos, abrazos, besos, compartir ropa, utensilios de cocina, piquetes de mosco, etcétera.
  • Por medio de pruebas serológicas las personas pueden ser diagnosticadas oportunamente, pues se detectan los anticuerpos contra el VIH, aun antes de desarrollar cualquier enfermedad o SIDA.
  • Al conocer más el comportamiento de este virus se han desarrollado medicamentos sofisticados y específicos que controlan la capacidad de réplica; es decir, frenan la “reproducción” de los virus del VIH dentro del cuerpo del paciente adulto y pediátrico que lo porta. En este sentido los niños atendidos en el Centro Infantil de Casa de la Sal, anteriormente no alcanzaban siquiera la edad de la adolescencia, con la aparición de los TARV, los niños han alcanzado la edad de 23 años, con muy buenas expectativas de vida y, sin duda, de alcanzar la edad adulta.
  • Se cuentan con Tratamientos Profilácticos para embarazadas seropositivas (con el VIH), que han reducido la transmisión perinatal; esto es, que los niños nacidos de madres seropositivas atendidas a partir del segundo trimestre del embarazo, tienen 99% de probabilidades de nacer sanos, sin el virus.
  • Se implementan nuevas formas de atención médica de las distintas enfermedades oportunistas asociadas al VIH, lo cual ha permitido una menor morbilidad y mortandad en la población afectada.
  • Otras acciones que han beneficiado a la población afectada han sido:
  • Mayor cobertura de los TARV para las personas detectadas seropositivas.
  • Creación de clínicas especializadas de atención integral (Clínica Condesa y CAPASITS).
  • Distribución de preservativos en centros de salud a población abierta y de manera gratuita.

Sin embargo, los beneficios que nos ha brindado el avance científico, no ha tenido el mismo eco en el mismo nivel en cuanto a la respuesta social, incluso pareciera todo lo contrario. El combate del VIH/SIDA se ha enfocado mayormente en acciones correctivas que preventivas y en esto asumamos que, todos tenemos una responsabilidad.
Si bien existen decisiones y acciones que a nivel gubernamental deben ser tomadas, observemos el alto índice de embarazos en adolescentes que se siguen registrando en las clínicas de salud pública, observemos cómo las campañas anuales para prevenir el VIH a nivel gubernamental se reducen a una sola, con una duración y permanencia tan fugaz que se hace insuficiente tan solo para recordarla, cuanto más para aspirar un cambio de actitud y de hábitos en la conducta sexual. Tal parece que justo es el meollo del asunto.

La negación
El VIH/SIDA ha venido a destapar y denunciar una cloaca social por muchos negada y por otros desconocida, que dejan al descubierto la cultura del “mejor no me informo y no me entero” para no adoptar una responsabilidad, dificultando la posibilidad de invertir más recursos económicos y sociales a la prevención, para disminuir los altos costos que implica los TARV. Para algunos existen temas tan espinosos que prefieren por mucho, favorecer la mediocridad y enarbolar la ignorancia, en vez de favorecer métodos de educación efectivos no solo en el ámbito de la sexualidad (identidad, diversidad, vida sexual saludable y responsable, elección de pareja, etcétera), sino en cuanto a autoestima, plan de vida, inteligencia emocional, comunicación asertiva, derechos y obligaciones, toma de decisiones y consecuencias.

Y la doble moral…
La lucha contra esta pandemia, se ha visto muchas veces frenada y satirizada, por una sociedad culpígena y de doble moral en la que estamos inmersos y resulta el caldo de cultivo ideal para que el virus se siga replicando, siendo la población adolescente y joven de entre los 15 y 20 años de edad (ONUSIDA, 2009) la más vulnerable para adquirir la infección vía sexual.
Otro dato contundente es la proporción, en un principio, de ocho varones infectados por una mujer infectada en 1997 (8 por 1); las actuales cifras en la República Mexicana de 6 por 1; incluso, en las capitales de los estados con mayor población y desarrollo económico, la proporción de de 4 por 1.
Los refranes que recogen la filosofía popular también son reflejo de esta doble moral, en la que estamos inmersos, tales como: “Tú eres la catedral, las otras son las capillitas”, “A quién le dan pan que llore”, “Ojos que no ven, corazón que no siente”, entre otras.
Todas estas expresiones populares, que “cosifican”, fomentando la despersonalizan por medio de relaciones de consumo de “úsese y deséchese” entre los seres humanos, han favorecido la transmisión de la cadena epidemiológica de la infección, lo que ahora se conoce como la “feminización de la enfermedad”;es decir, cada vez la consulta clínica está más llena de mujeres fieles, que solo tuvieron sexo con sus esposos y que están infectadas de VIH, no solo ellas, sino también sus hijos.
No basta la respuesta médica, también nosotros como sociedad, estamos comprometidos a poner un alto contundente y definitivo, para que este virus no entre a nuestras vidas, un buen comienzo es por nosotros mismos y nuestras familias.
Existen espacios como Casa de la Sal, donde las personas han encontrado un eco a su dolor que viven callados, han encontrado amor, respeto, comprensión y respuestas a sus preguntas. Se necesita del apoyo de todos, es mucho el trabajo y pocas las manos: se reciben donativos en especie y en efectivo. También los convenios que se tienen con las principales universidades permiten que jóvenes estudiantes o pasantes, realicen su servicio social o prácticas profesionales en las áreas de enfermería, nutrición, psicología, sociología, pedagogía, puericultura, tanatología, diseño gráfico, computación, etcétera.
Es muy importante el trabajo del voluntariado, quienes aportan su conocimiento, servicio y amor incondicional para brindar un poco de esperanza y ayuda a quienes más lo necesitan.

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