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ISSN 2594-1976
Artículos

Jornada completa vs. familia. Más proactividad, menos culpa

admin - 2 septiembre, 2011

C.P.C. Ma. Teresa Cruz
Socia de Auditoría
De la Paz, Costemalle-DFK
tcruz@dfk.com.mx

C.P.C. Rosalía Rodríguez
Gerente Regional de Auditoría
De la Paz, Costemalle-DFK
rrodriguez@dfk.com.mx

Cabe destacar que ambas autoras son excelentes madres, quienes compaginan sus tiempos laborales, tan absorbentes en su profesión, para atender a sus hijos.
Teresa es mamá de tres pequeños y Rosalía de cinco.

Cada vez más mujeres están convencidas de que su realización personal no está necesariamente en formar una familia, sino en sus logros profesionales y en el desarrollo de otras actividades como viajar y estudiar; pero también hay muchas quienes ambicionan realizarse profesionalmente y a la vez integrar una familia, y hacerlo además sin descuidar su crecimiento espiritual y emocional. Sin embargo, algunas de ellas no se sienten capaces de asumir ambos retos o son presionadas y terminan por abandonar uno de los dos, enterrando sus aspiraciones y entrando en un círculo de frustración

El ingreso de la mujer al ámbito profesional también ha tenido un costo social, ha bajado el número promedio de hijos, cada vez hay más divorcios, familias desintegradas y, sobre todo, se han ido perdiendo habilidades básicas y valores que se aprenden en casa. El concepto de la familia pareciera estar desapareciendo. A veces quisiéramos retroceder a los tiempos de antes, cuando “todo era mejor”, ¿pero, realmente era mejor para la mujer?
Esto no significa que la mujer tenga que volver a casa y retroceder, o que se olvide de la posibilidad de formar una familia para tener éxito como profesionista. Lo fundamental es que tenemos que lograr un cambio social que involucre a la familia; no se trata tampoco de que ahora el hombre realice las actividades familiares y del hogar, sino de analizar cuáles son las cualidades y aportes de cada uno y aprovecharlas al máximo; se requiere de un cambio de cultura y de convicción, pero lo más importante es que la propia mujer esté convencida de ello.

A mayor crecimiento más responsabilidades
Hoy la posibilidad de formar una familia, tener un apareja, sentirte plena y, al mismo tiempo, tener éxito profesional es real. Para ello es necesario lograr un cambio en la idiosincrasia social, ya que por mucho tiempo se ha visto al hombre solo como proveedor económico de la familia y es difícil aceptar que también puede realizar actividades familiares y del hogar; y que la mujer pueda apoyar económicamente, sin descuidar las necesidades del hogar.
La mujer profesionista, dependiendo de sus circunstancias personales (necesidades económicas, aspiraciones personales, situación familiar), se desempeña en diferentes ámbitos. Conforme va creciendo en su carrera profesional va adquiriendo mayores responsabilidades y, por lo tanto, las actividades que tiene que realizar también van aumentando.
Si relacionamos la serie de tareas que solo en dos aspectos de su vida tiene que llevar a cabo diariamente, veremos una innumerable lista:

  • Profesional:
    • Laboral (responsabilidades, actualización, especialización, competencia, traslados).
    • Empresarial (competencia, vender, administrar, producir, cobrar).
  • Familiar:
    • Hijos (escuela, traslados, apoyo a tareas, juntas, festivales, uniforme, lunch, arreglo personal, vacunas, pediatra, vestido, alimentación, educación en casa, actividades extraescolares).
    • Relación con tu pareja, convivencias familiares.
    • Casa (comida, mantenimiento, aseo, lavar, planchar).

Más proactividad, menos culpa
¿Cómo lograr el anhelado equilibrio? la clave está en elaborar un plan de vida que incluya un proyecto laboral, de pareja, familiar, personal y económico, e ir creando estrategias familiares. Planea tus actividades y organízalas, dale su debida atención a tu trabajo sin descuidar a tus hijos, la relación con tu pareja ni a ti misma. Toma consciencia de que no lo vas a lograr de la noche a la mañana, es todo un proceso de adaptación que tiene sus momentos difíciles.

A continuación se mencionan algunas recomendaciones y consejos prácticos que ayudarán a elaborar un proyecto familiar, a lograr el equilibrio y quitarnos esa culpa que tanto nos agobia en la familia, en la empresa y con nosotras mismas:

  • Tienes que creértelo. Primero tienes que creer en ti misma, creer que eres única, que tienes la capacidad y talento para lograrlo, trabajar en quitarte paradigmas y patrones culturales.
  • Delega. Lo mismo que haces en el trabajo hazlo en casa, delega actividades del hogar con tu pareja, con tus hijos, con familiares y con quien te ayuda en la casa, no trates de hacerlo todo porque te vas a desgastar, así fomentarás el sentido de responsabilidad y de trabajo.
  • Prioriza actividades. Si tienes que entregar un informe mañana, pero también es la cita con el ortopedista, no pasa nada si con tiempo reprograma la cita con el ortopedista.
  • Usa la tecnología. Aprovecha el celular, Internet, correo electrónico, messenger, igual que lo haces para la oficina, haz tus pagos de casa, luz, gas, teléfono o colegiaturas por Internet, te ahorrarán tiempo que puedes aprovechar con tu familia; usa el celular para avisar a tu hijo(a) que vas un poco tarde a recogerlo cuando el tránsito esté espantoso; instala programas en la computadora familiar que te permita vigilar desde la oficina los sitios de Internet que visita.
  • Usa la agenda. Así como anotaste en la agenda la cita con tu cliente o jefe, también anota el festival escolar, la firma de la boleta en la escuela, la cita con el pediatra; esto te permitirá programar tus actividades con anticipación.
  • Programa tu día. Trata de llegar diario a la oficina antes del horario de entrada, anota el programa de tus actividades del día, esto evitará que solo las tengas en la cabeza agobiándote, con el riesgo de olvidar realizar alguna importante.
  • Crea redes de apoyo. Crea alianzas con otras mamás de los compañeros de tus hijos, te apoyarán a recoger a tu hijo cuando a ti se te complica porque se alargó la junta, o porque tienes que entregar un informe de última hora.
  • Outsourcing. Terceriza las tareas que no agregan valor. Si tu fuerte no es planchar, no pasa nada si lo mandas a hacer, mejor prepara el platillo favorito de tu esposo o hijos, o vete con ellos al parque, lo van a disfrutar más y les dará tiempo de calidad.
  • Un hijo no es todo el equipo de trabajo. Entendemos que debas enseñar y llamar la atención a todo tu equipo de trabajo si no se llegan a las metas planeadas; sin embargo, si debes llamar la atención a uno solo de tus hijos, que sea de forma personal, explícale en privado las consecuencias de su mal comportamiento, no regañes a todos a la vez, y si debes ser firme con uno, que el resto de la familia no pague los platos rotos.
  • Respira antes de llegar a casa. Las mujeres tendemos a llevar los problemas y el estrés de la oficina a casa, aprende a hacer “estado separador”, respira antes de llegar, si es necesario y seguro, quédate un minuto en el coche o fuera de casa pensando en lo maravilloso de llegar al hogar y ver a tu familia.
  • Disfruta el momento y deja el Balanced Scorecard en el escritorio. Si estás en la fiesta de la niña y se quiere quitar el vestido de princesa, que se lo quite, voltea a ver el cielo inmenso y luminoso, y piensa: “Todo está bien, no pasa nada”, el avance del plan estratégico déjalo en la oficina.
  • Vive conscientemente y en salud cada momento. Si tienes dos horas para comer con tus hijos, diseña dinámicas para que todos cooperen, trabajen y disfruten el estar juntos, asigna tareas divertidas, por ejemplo, diles: “mientras yo termino la ensalada tú pones la mesa o tú haces el agua”; además de integrarlos como familia, aprenden el trabajo en equipo.
  • Presume en tu trabajo. Siéntete orgullosa, presume el proyecto exitosamente terminado y la cuenta con la cual llegarás al presupuesto; y sí, no olvides también presumir a los otros ejecutivos, sobre todo a los varones con el fin de fomentar la empatía, que ahora tienes que ir a trabajar en otro proyecto, igual de importante, que consiste en ayudar a diseñar una piñata para el concurso de la escuela, en hacer el disfraz para el festival, estudiar con tu hijo la materia que tanto se le dificulta o simplemente a comprar una cartulina ¡Promueve el respeto por esas pequeñas-grandes tareas!
  • Comparte con tu familia tus logros. Participa a tu esposo e hijos esos grandes éxitos que has logrado, se sentirán orgullosos de ti y comprenderán porqué a veces llegas tarde a casa. Si tienes una hija, aprenderá con el ejemplo todo lo que puede lograr como mujer.
  • Date tiempo a ti misma. Las mamás que trabajamos, de manera inconsciente, pensamos en todos menos en nosotras mismas, date tiempo para ti, reúnete de vez en cuando con tus amigas, vete de compras, consiéntete en el salón de belleza, no olvides tus revisiones médicas, y algo importante, dale tiempo y alimenta la relación con tu pareja.
  • Pide ayuda. Si te sientes agobiada, rebasada y no puedes sola con la carga ¡pide ayuda!, busca el apoyo de un coach, de psicoterapia, de una buena amiga ¡Nunca del esposo ni de los hijos! No estás sola, desarrolla una red de apoyo femenina.

No nacimos en tiempos equivocados, vivimos en un mundo con constantes cambios, lleno de posibilidades y de desafíos. Educar a los hijos requiere de mayor esfuerzo que en la época de nuestros padres; por ello, es necesaria la reflexión, el autoconocimiento y la autoconciencia.
Hoy en día, el tema de la corresponsabilidad en la pareja y compartir las labores del hogar y la familia es cada vez más común y cotidiano, pues se está tomando conciencia de que esta cuestión familiar no es solo responsabilidad de la mujer, ya que cada día vemos a más hombres jóvenes asumiendo un mayor compromiso, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.
También tiene que haber un apoyo importante por parte de las empresas, cuando una empresa ayuda a una madre o padre a optimizar en la educación de sus hijos, mejoran como personas y se les genera un sentido de pertenencia.
Debemos estar conscientes de los desafíos que el siglo XXI plantea a la mujer y buscar soluciones que nos permitan progresar en todas las áreas de nuestras vidas: la familia, trabajo, relaciones, salud, espiritualmente, bienestar material. Se requiere elaborar un proyecto personal, familiar y de pareja, un proyecto de vida que nos haga mujeres exitosas plenas.

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