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ISSN 2594-1976
Artículos

Evaluación al desempeño de México

admin - 3 noviembre, 2011

C.P.C. Arturo González de Aragón Ortiz
Auditor Superior de la Federación
gaacp@prodigy.net.mx

Según el físico y matemático británico Lord William T. Kelvin (1824-1907): “Lo que no se puede medir, no se puede mejorar”, por lo que toda actividad humana y social puede ser mensurable; es decir, medida para conocer su nivel y grado de avance o retroceso

Por lo anterior, es necesario conocer el estado que guarda nuestro país, para lo cual se requiere de un conjunto básico de indicadores, parámetros y percepciones que midan el desempeño de México, como herramienta fundamental para conocer su posición y detectar las áreas de riesgo, para convertirlas en oportunidades de mejora de nuestra circunstancia particular.
Durante la década 2000-2010, México ha mostrado un comportamiento errático, producto de la ausencia de una visión de Estado con perspectiva, que le permita aprovechar todas sus fortalezas y potencialidades, en beneficio del desarrollo y la realización de todos los mexicanos.
Esta última década nos muestra los principales resultados siguientes:

  1. De acuerdo con datos de los censos 2000 y 2010 levantados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el país contaba con una Población Económicamente Activa (PEA) de 34.2 millones de personas en 2000 y de 44.7 millones al final de 2010; es decir, la PEA aumentó en 10.5 millones, 31%. La población desocupada pasó de 0.4 millones de personas en 2000 (1.2%), a 2.3 millones al cierre de 2010 (5.1%), mostrando un crecimiento de 1.9 millones, 475%.
  2. En México, según afirmación del Dr. José Narro Robles, Rector de la UNAM, existen 7.5 millones de jóvenes que conforman la generación NINI, es decir, ni estudian ni trabajan, que se convierten en caldo de cultivo de la delincuencia organizada, agravando la inseguridad existente en el país.
  3. Durante el  periodo 2000-2010, el Producto Interno Bruto (PIB) mostró un crecimiento de 6.6% en 2000, de 0.8% en 2002, de 4% en 2004, de 5.1% en 2006 y de 1.3% en 2008, para reflejar una caída de -6.5% en 2009 y un aumento de 5.5% en 2010. El brutal decrecimiento de 6.5% del PIB en 2009 es la más severa caída desde 1932.
  4. En relación con la deuda total, su comportamiento muestra que su saldo pasó de 1,183.7 miles de millones de pesos (mmdp) al cierre de 2000, a 3,483.5 mmdp a marzo de 2010, lo que refleja un crecimiento de 2,299.8 mmdp, 194.3%, es decir, casi dos veces más en diez años.
    • Adicionalmente y según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la deuda de estados y municipios creció tres y media veces, al pasar de 89,501 millones de pesos en 2000, a 314,013 millones de pesos al cierre de 2010. Según un estudio del Senado de la República, 97% de los ingresos tributarios los obtienen el Gobierno Federal y solo 3% los gobiernos estatales.
    • Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hasta 2009, México obtenía por recaudación federal 17.60% del PIB, en tanto que Noruega recaudaba 37.95% del PIB, el primer lugar en la muestra. Por su parte, la recaudación de impuestos en México a nivel estatal era solo de 0.62% del PIB, uno de los más bajos de la OCDE.
    • Por cierto, recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), informó que las entidades federativas han recibido en los últimos diez años 3.5 billones de pesos por medio del Ramo 33, monto equivalente en el mismo periodo a la suma de los presupuestos de las secretarías de Educación Pública; Salud; Desarrollo Social; Agricultura, Ganadería y Pesca; Medio Ambiente y Recursos Naturales; Economía, y Energía.
  5. En cuanto a la inflación de la década, esta pasó de 8.9% en 2000, a 4.4% en 2010, es decir, la inflación se redujo en 4.5 puntos lo que equivale a 50.6%, siendo uno de los indicadores económicos positivos.
  6. Considerando el nivel más alto de cada año, el tipo de cambio muestra que en 2000 se pagaban 10.07 pesos por cada dólar, 13.91 en 2008, 15.36 en 2009 y un poco más de 14.00 en 2011, reflejo de la última crisis económica que se vive.
  7. El precio del petróleo en dólares por barril pasó en la última década de 24.79 en 2000, a 53 en 2006 y a 98.3 en 2008, para descender a casi 50 dólares en 2009 y subir a 71.5 en los primeros meses de 2010; esto es, un aumento del precio del barril de petróleo 2000-2010 de 46.71 dólares, equivalente a 188.4%. Por la crisis política y económica en algunos países árabes y europeos, así como las catástrofes naturales en Japón, en este año el precio ya rebasó los 100 dólares por barril.
  8. Por su parte, la producción petrolera durante la década 2000-2010 mostró un comportamiento a la baja al pasar de 3,012 miles de barriles diarios (mbd) en 2000, a 3,383 mbd en 2004, y a 2,576 mbd a finales de 2010, lo que representa una disminución entre 2004 y 2010 de 807 mbd, equivalente a 24%. Como podemos observar, la reforma energética de 2008 no ha cumplido con sus objetivos.
    • Pemex está produciendo hoy lo mismo que producía en 1990, con la diferencia de que en aquel entonces eran 80 mil empleados y hoy son 184 mil. El subsidio a los energéticos representa en México cuatro veces más recursos que todos los programas de combate a la pobreza, según el Informe sobre Desarrollo Humano 2011.
  9. En relación con el Índice de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, México, entre 139 países, ha perdido 34 posiciones, al pasar del lugar 32 que tenía en 2000, al número 66 en 2010. En 2011 el índice ubica al país en el lugar 58, recuperando 8 lugares en un año. Una buena noticia.
  10. En cuanto a los niveles de pobreza del país por nivel de ingresos, la misma ha disminuido en la última década, al pasar de 53.6% de la población en 2000, a 44.5% en 2008 y mostrar un repunte a 51.3% en 2010, reflejo de la crisis económica mundial. El efecto neto de la disminución de la pobreza del país por su nivel de ingresos ha sido de 2.3% durante el periodo 2000-2010. Existen 57.4 millones de mexicanos en pobreza de ingresos, de los cuales 11.7 millones, 10.4% de la población, se encuentra en pobreza extrema. En los dos últimos años, 3.2 millones de mexicanos cayeron en la pobreza, informó CONEVAL el 29 de julio último.
  11. Recientemente se dieron a conocer por el INEGI los resultados del Censo 2010, el cual muestra avances importantes en la última década en algunas materias, como consecuencia de la estabilidad macroeconómica y la continuidad de algunas políticas sociales.
    • Se destaca como importante que casi 7 millones de familias de 3.9 miembros adquirió una vivienda, misma que cuenta con luz eléctrica, agua entubada, alumbrado, teléfono, televisión, refrigerador y lavadora. En el bienio 2009-2010 se otorgaron casi 1 millón de créditos para compra de vivienda por parte del INFONAVIT, lo que representa una cifra record en esta materia.
    • El Censo 2010 muestra también que el número de computadoras por hogar creció de menos de 10% a casi el 30%; el uso del Internet pasó de 2.5 millones de hogares a 17 millones, y una de cada dos familias ya tienen automóvil.
    • Por cierto, el 15 de julio pasado el INEGI informó que el ingreso promedio mensual por hogar era de $11,645.00, lo que representa que de 2008 a 2010 el ingreso familiar descendió 12.3%. Si a ello sumamos la caída entre 2006 y 2008 que fue de 1.6%, tenemos que en 4 años la pérdida promedio del ingreso alcanzó el 13.9%, una de las razones del aumento de la pobreza en los últimos años.
  12. En la última década las administraciones gubernamentales se han fijado como meta lograr la cobertura universal de los servicios de salud por medio del Seguro Popular para la población que carece de seguridad social. Al mes de agosto de 2010 el padrón de beneficiarios era de 38 millones de personas, siendo uno de los programas más exitosos de los últimos años. La meta se estima en 51.3 millones de afiliados al final de la administración.
  13. De conformidad con información de la SHCP, los ingresos públicos totales pasaron de 1,178.8 mmdp en 2000 a 3,176.3 mmdp en 2010, un crecimiento de 1,997.5 mmdp, 169.5%. Por su parte, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) pasó de 1,195.3 mmdp en 2000 a 3,176.3 mmdp en 2010, un aumento de 1,981.0 mmdp, 165.7%.
  14. Los ingresos extraordinarios que recibió el país durante el periodo 2003-2006 fueron de 767.3 miles de millones de pesos, producto, principalmente, del crecimiento espectacular de los precios del petróleo. En la presente administración se obtuvieron ingresos extraordinarios excedentes por 247.4 miles de millones de pesos en 2007 y de 315.5 miles de millones de pesos en 2008.
    • En resumen, en el periodo 2003-2008, es decir, seis años, el Gobierno Federal recibió ingresos excedentes extraordinarios por 1,330.1 mmdp, de los cuales se aplicaron al gasto corriente 72%, a inversiones financieras 12% y a proyectos de inversión pública 16%. La falta de visión y la carencia de proyectos fueron evidentes.
  15. En relación con el Estado de Derecho en México, su prevalencia deja mucho que desear, pues la ley se vende al mejor postor y las denuncias y delitos no terminan en castigo, haciendo que los culpables estén en las calles y los inocentes en las cárceles, por carecer de los recursos suficientes para comprar y torcer la justicia en su beneficio. En México, de 100 denuncias presentadas solo entre 1 y 2 terminan en sentencia, en tanto que en Japón de cada 100 denuncias, 98 terminan en castigo.
    • El documental “Presunto Culpable” es la mejor muestra de la calidad de la justicia que se imparte en el país, el que señala en su propaganda lo siguiente: “En México, ser inocente no basta para ser libre”.
  16. En cuanto a la lucha contra la delincuencia organizada, el número de ejecuciones alcanzó en cuatro años de la presente administración, 30,196 al 16 de diciembre de 2010, según la Procuraduría General de la República (PGR), y 34,612 al 12 de enero de 2011, con información del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). En el año 2011 y hasta el 30 de septiembre, se han reportado 9,742 ejecuciones, mostrando una tendencia creciente en el país. Por su parte, las extorsiones telefónicas pasaron de 1,168 en 2000 a 7,223 en 2010, lo que representa un crecimiento de 618%, es decir, más de seis veces, según el secretariado ejecutivo del SNSP.
  17. Por lo que se refiere al Índice de Percepción de la Corrupción, Transparencia Internacional, en su reporte 2010, ubica a México en el lugar número 98 entre 178 países, el peor lugar de la década, descendiendo 26 posiciones en relación con 2008, al bajar su calificación en una escala de 0 a 10, de 3.6 a 3.1, 13.89%, donde 10 refleja la máxima transparencia.

En síntesis, como podemos ver, la década 2000-2010 muestra un país con crecimiento económico claramente insuficiente que se refleja en el bajo nivel del empleo; el aumento del desempleo y los niveles de pobreza; en crecientes índices de inseguridad, delincuencia y criminalidad; en deficiente impartición de justicia; en falta de aplicación de la ley y del Estado de Derecho; en aumento preocupante de las estructuras de gobierno y de la burocracia, y en el uso inapropiado de los ingresos extraordinarios excedentes, que se recibieron, fundamentalmente, por los precios del petróleo.
En la actualidad el estado de derecho es una quimera, pues pareciera que en el país no existen leyes, las instituciones son cuestionadas porque no se les tiene confianza, los delincuentes no reciben castigo y los inocentes se encuentran presos. Los que se atreven a denunciar son amenazados o asesinados y los criminales son protegidos por policías, ministerios públicos y jueces. Los ciudadanos y las familias se encuentran indefensos porque el Gobierno Federal no puede asegurarles la paz social.
Es una vergüenza nacional reconocer el daño a la salud de niños y jóvenes por la comida chatarra que se vende en las escuelas. Es un despropósito establecer políticas públicas para evitar el problema y claudicar ante la presión de poderosos empresarios, privilegiando los intereses particulares que dañan la salud de la niñez y la juventud mexicanas. México ocupa el primer lugar en obesidad en el mundo.
Es una vergüenza nacional favorecer los intereses de las grandes corporaciones en materia de telecomunicaciones con concesiones a precio de ganga, sacrificando el interés y el patrimonio que nos pertenece a todos los ciudadanos. Una vez más se privilegian los intereses económicos y políticos de los poderosos.
El Estado debe recuperar su papel de rector de la vida política, económica y social del país para asegurar una sana convivencia de la sociedad. El Estado debe encabezar las causas y asegurar los beneficios de las responsabilidades sociales.
A partir de la administración 1976-1982 (JLP) que registró una tasa de crecimiento media anual de 6.55%,  el crecimiento sexenal ha sido de 0.34% en el  periodo 1982-1988 (MMH); de 3.9% en 1988-1994 (CSG); de 3.4% durante 1994-2000 (EZPL); de 2.5% en el periodo 2000-2006 (VFQ) y se estima una tasa de 2.1% en el lapso 2006-2012 (FCH), considerando un crecimiento económico de 4.0% para los años de 2011 y 2012.
Como podemos observar, el crecimiento económico del país alcanzará tan solo un 2.4% como media sexenal en el  periodo 1983-2012, es decir, en 30 años el crecimiento económico de México es notoriamente insuficiente para financiar el desarrollo nacional. Hasta 2001 éramos la novena economía del mundo. En 2009 estábamos en el lugar número 14 por el tamaño de nuestra economía, según el Fondo Monetario Internacional.
Porfirio Díaz, durante la primera década del siglo XX y hasta su salida del país por el estallido de la Revolución Mexicana, reportó una tasa anual promedio de crecimiento económico de 3.3%, en tanto que la tasa correspondiente al  periodo 2001-2012 podría ser de un 2.3%; es decir, 1.0% menor a la última década de la dictadura porfirista, a pesar del auge actual de los precios del petróleo, la inversión extranjera, las remesas de los migrantes, las reservas monetarias internacionales y el control de la inflación.
Este negro escenario que nos toca vivir es culpa de todos, pero más responsabilidad recae en los partidos políticos que se han convertido en verdaderas mafias, cárteles de delincuencia organizada, que solo actúan buscando el beneficio que representa el presupuesto público, como suculento botín que se reparten de manera discrecional y cínica, sin rendir cuentas a la sociedad, la que es el supremo poder y mandatario de los políticos. Esta situación se agudiza cuando se dan campañas electorales, que representan el campo propicio, la oportunidad dorada, de saquear el patrimonio de todos los mexicanos.
Los recursos públicos destinados en la década 2000-2009 a los partidos políticos, como subsidio para su operación y las campañas de sus candidatos, así como para organizar elecciones y cubrir la actuación de los institutos electorales, tribunales y fiscalías especializadas, alcanzó un monto de 158 mil millones de pesos.
Durante la década mencionada, la Federación y los gobiernos estatales entregaron a los partidos políticos 50,809 millones de pesos; a los institutos electorales 88,261 millones de pesos; a los tribunales electorales del país 17,000 millones de pesos; y a las fiscalías especializadas 1,930 millones de pesos, lo que representa una verdadera ofensa para la pobreza y las necesidades del país, así como un enorme despropósito y un monumento al despilfarro y al uso inadecuado de los recursos públicos. La confianza de la gente no se compra, se gana, y no es con base en el dinero como se obtiene.
Las campañas electorales que hemos vivido en los años 2010 y 2011 en 20 estados de la República, para elegir gobernadores, presidentes municipales y diputados, entre los más importantes, se caracterizaron por todo tipo de delitos electorales de todos los partidos políticos, sin excepción alguna, convirtiéndose en un verdadero estercolero.
Candidatos acusados de nexos con la delincuencia, grabaciones ilegales, manipulación de encuestas y padrones electorales, compra de votos, desvío de recursos públicos, amenazas, extorsiones y chantajes, asesinatos de algunos candidatos, uso de instrumentos del estado a favor de ciertas corrientes, aplicación de recursos provenientes de fuentes ilícitas y entrega de bienes y servicios a cambio de votos. Todas estas prácticas fueron la constante en los procesos electorales. Esta situación muestra de manera casi generalizada, la ausencia total del Estado de Derecho en nuestro país y la impunidad existente que nos ahoga.
La mayoría de los candidatos en los ámbitos federal, estatal y municipal solo buscaron alcanzar el poder por el poder, sin el menor recato y pudor y con total y absoluta desvergüenza, olvidando el interés superior de la Nación. Sin importar valores y principios, los partidos políticos se convirtieron en muchos casos en travestis de la política, actuando como verdaderos delincuentes. Todos, a final de cuentas, son iguales. Ninguno merece la confianza de la sociedad.
En 2009 se publicó el Latinobarómetro sobre la democracia en 18 países de América Latina, resultado de la aplicación de 20,204 encuestas sobre confianza en las instituciones, resultando que la Iglesia, la radio y la televisión son las que más confianza merecen, con calificaciones de 68, 56 y 54, respectivamente, en una escala de 0 a 100, en tanto que el Poder Judicial, los sindicatos y los partidos políticos, con calificaciones relativas de 32, 30 y 24, son las instituciones que menos confianza merecen de la sociedad.

El descaro y la desvergüenza de los partidos políticos no tienen límite. Por ello, en 2009 y con el apoyo de todas las fuerzas políticas, se incluyó en el Artículo 2, fracción IX, de la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación vigente, la excepción para que los partidos políticos no fueran fiscalizados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Mayor despropósito no puede existir. Esto es un monumento a la opacidad y una afrenta al manejo honesto y transparente del patrimonio público.

Esta información puede servir para una reflexión profunda sobre lo que hemos hecho y lo que podemos hacer. Los resultados no pueden ser ocultados. Como Nación debemos asumir la responsabilidad y tomar acciones efectivas para corregir el rumbo y hacer realidad la grandeza de México, que solo espera liderazgos honestos y gobernantes comprometidos con la sociedad a la que todos tenemos el privilegio de servir.

Existe un postulado supremo en las democracias que no admite discusión alguna: El pueblo manda, el mandatario obedece, rinde cuentas y se somete al escrutinio de la sociedad…

El poder debe usarse para servir a los demás y no para servirse de él. El servicio a la sociedad es un privilegio de vida que proporciona una razón de ser a la existencia del hombre. Los que traicionan el interés superior de la sociedad deben recibir un castigo ejemplar y ser exhibidos públicamente como traidores y enemigos de las causas supremas de los ciudadanos.

El poder debe servir para cambiar a México en beneficio de todos y no de unos cuantos. Es urgente recrear al país con las reformas necesarias, las cuales deben pasar por la reforma constitucional, la redefinición del papel del Estado y de las formas de gobierno, la reforma a los Poderes de la Unión, la reforma hacendaria y fiscal, la reforma educativa, la reforma laboral y la reforma electoral complementaria, entre las más importantes, las cuales deben acompañarse de las políticas públicas requeridas en materia de educación, salud, seguridad, desarrollo social, y de transparencia y rendición de cuentas a la sociedad. En pocas palabras, refundar al Estado mexicano.
El caso de Egipto, de otros países de Medio Oriente y de Europa, son un gran ejemplo de la fuerza de la sociedad, que pareciera que vivía un grave y largo letargo, del cual, venturosamente, está despertando para exhibir y exigir cuentas a los líderes políticos. Los ciudadanos han llegado al hartazgo de la clase política. Los líderes de primera siempre tienen subordinados de primera. Los líderes de segunda, buscan subordinados de tercera para que no les hagan sombra.
México necesita, urgentemente, de hombres de Estado, de liderazgos creíbles que muestren pensamientos en grande, con ideas y visiones de horizonte extenso. Si las ideas son cortas y limitadas no se puede diseñar y construir el futuro. El futuro es de los hombres y mujeres que piensan en grande y, sobre todo, que se atreven.
La pérdida constante de valores por la mala educación es responsabilidad de autoridades, educadores y familias. Los reclamos y el descontento de los jóvenes son consecuencia de los malos gobiernos que han conducido al país en las últimas décadas.
México necesita líderes que señalen rumbos, que marquen pautas, que sean soñadores de grandes ideales. Líderes constructores de valores, que busquen el bien de los demás por encima de sus particulares intereses…

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