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ISSN 2594-1976
Artículos

Bioeconomía en la administración de empresas

admin - 28 agosto, 2012

Ricardo Mota Reyes

Escuela Bancaria y Comercial

Profesor de Licenciatura y Postgrado

r.mota@ebc.edu.mx

La bioeconomía es una ciencia holística interdisciplinaria que se ocupa de la integración de la biología y la economía, con el objetivo de construir una tercera cultura. La bioeconomía se considera la economía de la naturaleza y defiende una actividad socioeconómica sobre los procesos biológicos que funcionan a la perfección en la naturaleza. Va más allá de todos los paradigmas precedentes que estudian el impacto de las actividades económicas sobre el entorno. Es la ciencia que determina el umbral de actividad socioeconómica hasta el que se puede utilizar el sistema biológico sin destruir su capacidad de regeneración y, por consiguiente, su sostenibilidad. En otras palabras, la bioeconomía, además de ser una ciencia socioeconómica de satisfacción de necesidades de bienes y servicios de los individuos, también investiga los problemas relacionados con la escasez y la formación de precios.

El imperativo ético de la bioeconomía considera los factores no económicos del sentimiento humano como: cooperación, confianza, solidaridad, fraternidad, altruismo y respeto sobre las otras especies. Se opone al desperdicio de los recursos biológicos por parte de la generación presente, a la exportación por países desarrollados de los desechos de su actividad industrial y a la compra que realizan de los recursos de los países emergentes a precios justos.

Se trata de un nuevo paradigma para la economía que anuncia cambios profundos en el pensamiento y comportamiento. Desde la perspectiva única de competitividad, consumo principal y máximo beneficio a corto plazo, propone complementar la competitividad con la cooperación y a sensibilizar sobre los beneficios a largo plazo del consumo, según las necesidades y el ahorro de recursos.

Los fundamentos que configuran la ciencia de la bioeconomía son los siguientes:

  • Holismo.
  • Interdisciplinariedad.
  • Lógica dialéctica.
  • Complementariedad.
  • Postmodernidad.
  • Ética.

Ante los problemas complejos, inciertos e interdependientes a los que nos enfrentamos en la actualidad, el holismo hace referencia a lo conveniente de tener una visión sistémica e integradora “del todo”, y “de las partes”. Sugiere que hay que cambiar la forma en que pensamos e investigamos, desde un modelo lineal reduccionista a otro no lineal holístico.

La unidad del conocimiento, intenta lograr la integración de distintas disciplinas como medio para la innovación científica y docente. Busca el conocimiento con la síntesis, de forma que con el conocimiento “de las partes” se consiga el “del todo” y viceversa, donde este último es más que la suma de aquellas. Considera la complementariedad y sinergia entre los factores económicos y no económicos afectivos del sentimiento humano. Se apoya en la ideología de la postmodernidad.

Considera la introducción de la ética en la economía como el más importante fundamento bioeconómico; es decir, para lograr el bienestar individual y colectivo, es necesario que las actividades económicas se desarrollen bajo este umbral.

La bioeconomía hace una propuesta estableciendo como objetivo el equilibrio entre el rendimiento óptimo económico y la utilización recomendable biológica, de modo que el desarrollo debe alcanzar no solo al ámbito económico, como sostiene el modelo neoclásico, sino que debe tener una visión más amplia, duradera y eficiente, llegando a lo social, biológico, ético, ambiental y cultural.

En esta estrategia de desarrollo que se plantea resulta fundamental la descarbonización del proceso socioeconómico, la eficiencia en la utilización de la energía y un consumo, según las necesidades. Es decir, hay que utilizar cada vez más fuentes renovables de energía en la actividad económica; reducir la utilización de combustibles fósiles; optimizar el uso de la energía, atendiendo las necesidades, y ofrecer bienes y servicios útiles a la población.

Desde una visión a largo plazo como objetivo, señala, fomentar la creación de riqueza y su distribución equitativa mediante la incorporación de los factores inmateriales del sentimiento humano, citado anteriormente, en las actividades socioeconómicas, con la convicción de que no se puede alcanzar un desarrollo económico y eterno, sino que la sostenibilidad y el desarrollo sostenible son un proceso en continuo cambio y modificación. El desarrollo bioeconómico (sostenible) indicaría el rumbo a seguir desde un enfoque a largo plazo. El objeto formal de la bioeconomía, es la sostenibilidad de estas interacciones, teniendo en cuenta los efectos de estas relaciones de intercambio en tres ámbitos de estudio: social, económico y biológico para conseguir un bienestar individual y colectivo a nivel global compatible con el equilibrio biológico.

Provistas las implicaciones del nuevo paradigma bioeconómico, es necesario el desarrollo conjunto, equilibrado, armonioso y desde una visión global y temporal de los elementos biológicos, sociales y económicos para hacer posible un desarrollo bioeconómico que proporcione no solo progreso económico a corto plazo, sino también, social e individual, sembrando, mediante la educación, los factores no económicos del sentimiento humano como: ética, cooperación, confianza, solidaridad, compromiso, fraternidad, altruismo y respeto sobre las otras especies, que son imprescindibles para conseguir la transformación necesaria no solo para la supervivencia de las especies y de las generaciones futuras, sino para una existencia más armónica donde la desigualdad, la pobreza y la explotación sean los dictámenes que estén ausentes en un mercado bioeconómico.

Una muestra del carácter separado de estas iniciativas es la existencia, en el ámbito financiero, desde el año 2003, de los Equator Principles, que adoptan bancos y entidades financieras como un nuevo estándar internacional de inversión sostenible, de modo que solo participan en proyectos de inversión superiores a 10 millones de dólares americanos, si se supera una evaluación social y ambiental y se aplican los estándares de desarrollo sostenible, uso de recursos naturales renovables, protección de la salud humana, de la cultura y la biodiversidad, incluyendo especies y ecosistemas en peligro, evaluación del impacto socioeconómico de la actividad, participación de las partes afectadas en el diseño, revisión e implementación del proyecto, consideración de otras alternativas viables social y ambientalmente preferentes, producción eficiente, aprovechamiento energético y menor contaminación.

No obstante, a pesar de la existencia y teórica preocupación por el desarrollo sostenible de organismos supranacionales, gobiernos de países, empresas corporativas e individuos, el modelo de desarrollo económico a nivel global se ha colapsado, dejando por el camino países con problemas financieros, sociales y políticos y desembocando en la quiebra de grandes corporaciones como General Motors y Chrysler, y grandes entidades financieras como Lehman Brothers y Washington Mutual.

La creciente rapidez de la economía global durante las últimas décadas ha acabado por mostrar la falta de interdependencia entre los diferentes niveles en la aplicación de iniciativas de desarrollo sostenible, más formales que reales, y la incapacidad para ser realmente conscientes de los resultados de un modelo de crecimiento económico injusto, desequilibrado e insostenible a largo plazo.

En el ámbito individual en los últimos años, ha emergido gran cantidad de iniciativas, como Greenpeace, World Wildlife Fund (WWF), Cruz y Media Luna Roja, Intermón-Oxfam y Médicos sin Fronteras, entre muchas otras; aunque en ocasiones son fragmentadas y con un alcance limitado, están contribuyendo a sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de tener en cuenta los efectos biológicos, humanos y sociales de las relaciones de intercambio económico nacionales e internacionales.

Por tanto, es imprescindible una convocatoria a la responsabilidad y la toma de conciencia de la necesidad de recuperar una racionalidad holística espacial, temporal y revitalizar el compromiso común que implique a todos los niveles (supranacional, nacional, empresarial e individual) en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo humano y social coherente bioeconómicamente, que se implemente no solo aplicando un enfoque de arriba hacia abajo, sino que mediante la educación y la divulgación de la aplicación de los factores no económicos y el sentimiento humano se extienda gracias a individuos que sean consumidores, inversores y emprendedores de proyectos sociales, empresas y gobiernos y entidades supranacionales que estimulen y promuevan un comportamiento bioeconómicamente responsable.

La situación se ha vuelto preocupante y la necesidad de hacer algo se ha hecho más urgente, porque ahora los afectados no solo están en los países emergentes, sino también en los países desarrollados. Esta nueva realidad manifiesta en tela de juicio la visión global que debería guiar la toma de decisiones a todos los niveles y revela que, a pesar de asumir teóricamente la interdependencia que defiende la teoría de sistemas.

Desde una perspectiva de management, se considera que nuestra sociedad está integrada por un complejo armazón de organizaciones, ya que se ha comprendido que el esfuerzo colectivo es más productivo que el individual y las organizaciones hacen posible que este esfuerzo se incorpore y se oriente hacia la obtención de objetivos. Así, observamos que la cooperación y el compromiso representan valores bioeconómicos que están presentes en el ámbito organizacional; incluso, se afirma que el “avance de la humanidad ha dependido sustancialmente de su capacidad de crear y hacer funcionar eficazmente un gran número y variedad de organizaciones”.

Debido a la vinculación entre desarrollo y organizaciones los principios de la bioeconomía deben estar presentes en el ámbito de su administración. La toma de conciencia, por parte de los empresarios, de la necesidad de producir de forma eficaz y eficiente (sostenible) de forma bioeconómica, podría llevar a una nueva perspectiva en la administración de las organizaciones donde el enfoque sistémico se aplicara no solo formalmente al interior de las empresas (con los diferentes subsistemas), sino que se incorpora también en la propia definición de la misión y los objetivos de la empresa desde una prospectiva bioeconómica.

El carácter dividido y no muy coordinado, que en ocasiones caracteriza estas actuaciones, así como la preponderancia del factor económico sobre el ambiente y sobre el ser humano, lleva a que la capacidad transformadora de estas iniciativas sea bastante limitada como para provocar un cambio de tendencia radical a corto plazo. No obstante, para hacer posible el progreso y la propia existencia humana es necesario destrozar con la tendencia actual en la que la economía global está desmejorando los recursos naturales y humanos que necesita aplicar.

Es necesario que las esferas biológicas y sociales consideren junto con la economía, al menos en condiciones de igualdad, y se adopte una perspectiva temporal a largo plazo para poder evaluar la sostenibilidad del desarrollo, de forma que no se entienda que existe desarrollo cuando el progreso económico se conciba a costa de la explotación insostenible de recursos naturales y genere la desigualdad. Pobreza y exclusión en los individuos en cualquier parte del mundo. En este escenario, es donde la ciencia de la bioeconomía representa un nuevo paradigma de racionalidad holística, dialéctica, interdisciplinar (económica, biológica y humana), a largo plazo, compatible con un desarrollo económico global, equitativo, sostenible y construido sobre un imperativo ético que se fundamenta en los factores no económicos del sentimiento humano: cooperación, confianza, solidaridad, fraternidad, altruismo y respeto sobre las otras especies.

La bioeconomía propone establecer como objetivo el equilibrio entre el rendimiento óptimo económico y la utilización extremadamente biológica de modo que el desarrollo sea no solo económico, sino que tenga una visión más amplia, duradera y eficiente, llegando a lo social, biológico, ético, ambiental y cultural. En comparación con esquemas alternativos de desarrollo sostenible, que intentan hacer compatibles objetivos económicos, sociales y ecológicos, la bioeconomía ofrece una respuesta más integradora, ya que no tiene en cuenta los aspectos medioambientales desde una perspectiva fragmentada sino todo el equilibrio biológico del que forma parte el ser humano y al que afectan sus interacciones y relaciones de intercambio, no solo social, sino también individual.

La vinculación entre el desarrollo y empresas los principios de la bioeconomía deben estar presentes en el ámbito de su administración. Las empresas como organizaciones surgen del convencimiento de que el esfuerzo colectivo es más productivo que el individual para obtener ciertos objetivos. Por tanto, desde una visión de management la cooperación y el compromiso representan valores bioeconómicos que están presentes en el ámbito organizacional en el que la prospectiva de sistemas abiertos reconoce la interdependencia mutua entre organizaciones y el entorno. La misión de las empresas, entendida como su finalidad socioeconómica, se integra atendiendo a los resultados que puede proporcionar a su entorno como razón fundamental de su existencia.

La creación de valor o utilidad en sentido bioeconómico debe involucrar a todos los grupos de interés próximos desde una prospectiva de largo plazo, y tener en cuenta los efectos globales de naturaleza biológica, social e individual de la actividad de la empresa. La eficiencia debe buscar un mejor aprovechamiento de todos los recursos (biológicos, humanos, materiales, financieros) que utiliza la empresa estimulando las mejoras tecnológicas y la innovación.

En el cálculo de la eficiencia no solo deben incluirse los aspectos económicos tangibles e inmediatos, sino también la valoración del impacto natural, social y humano que puede derivarse de la actividad de la empresa a largo plazo y en un ámbito global. Es necesario conseguir una adquisición de conciencia por parte de los empresarios de la necesidad de actuar, eficaz y eficientemente de forma bioeconómica, desde la propia definición de la misión y los objetivos de la empresa.

Debido a que no puede haber desarrollado sin igualdad, equidad, justicia y erradicación de la pobreza, y no puede haber desarrollo sostenible de unos países a costa de otros y con una explotación creciente de los recursos naturales y humanos, las empresas no pueden colaborar al desarrollo si no incorporan en su misión, objetivos y estrategias de responsabilidad social, siendo la necesidad de cambiar esta situación y trabajar a favor del progreso humano respetando la biodiversidad.

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