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Perspectivas de la Eurozona. Entrevista con Lorena Ruano Gómez

admin - 3 enero, 2013

Doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Oxford, Reino Unido. Es Profesora Investigadora, titular de la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. Nivel I en el Sistema Nacional de Investigadores

Por Carmen Díaz Solís y Sylvia Meljem Enríquez de Rivera

¿QUÉ ES LA UNIÓN EUROPEA Y CÓMO SE GOBIERNA?
A la Unión Europea se le puede definir como un acuerdo de integración regional que podría tener algunas semejanzas con el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) o con el Mercosur (Mercado Común del Sur) y que, a la vez, es diferente de estos grupos regionales porque es mucho más institucionalizada, porque cuenta con instituciones supra nacionales, lo cual signica que la autoridad de estas instituciones está por encima de las estatales, con esto se hace referencia, sobre todo, a la Comisión Europea y a la corte Europea de Justicia; el Banco Central es también independiente de los estados, por lo que en este sentido es supranacional y se gobierna de una manera muy compleja.
Lo anterior ha contribuido de alguna manera a empeorar la crisis y la pregunta sería ¿por qué? Y es porque tienen que estar de acuerdo para la toma de decisiones los veintisiete estados miembros de la Unión Europea.
Esta Unión se inició con un sector, el carbón y el acero en 1952, luego fue avanzando área por área y paulatinamente se adhirieron nuevos miembros hasta llegar a consolidar una Unión Europea (UE), que hoy incluye casi todos los aspectos de política pública, tiene un mercado único, política de competencia, política comercial común, unión monetaria, política exterior, justicia interior, pasaportes y toda una gama enorme de política pública y veintisiete estados miembros en total. Se inicia su formación con seis miembros y hoy, como ya se mencionó, son veintisiete estados los que la conforman; en enero de 2013 se incorporará Croacia, para ser el número veintiocho.
Ahora bien, ¿cómo se legisla en la UE? Tiene que haber primero una propuesta de la Comisión que es la que se encarga de proponer la legislación, y después tiene que haber un acuerdo entre los veintisiete estados miembros que están representados en el Consejo de la Unión Europea y en algunas áreas, en la mayoría, además tiene que dar su aprobación el Parlamento Europeo, el cual es electo directamente por los votantes cada cinco años. De este modo es que tenemos un sistema sumamente complejo en cuanto a la toma de decisiones se refiere.
¿CÓMO FUNCIONA LA UNIÓN MONETARIA?
En la Unión Monetaria —que es el Consejo de Ministros de la Unión Europea el que toma las decisiones— el Parlamento no tiene mucho que decir ni tampoco la Comisión Europea. Es el grupo de estados miembros, más el Banco Central Europeo y un grupo de bancos centrales nacionales los que toman estas decisiones.
Dentro del Consejo de los veintisiete estados miembros hay un grupo un poco más pequeño que es el Euro-grupo, conformado por los países que pertenecen a la Unión Monetaria. Es necesario especificar que no todos los miembros de la Unión Europea pertenecen a la Unión Monetaria; como se dijo, la Unión Europea tiene veintisiete miembros, pero la Unión Monetaria solo agrupa a diecisiete de ellos. Uno de los casos más notables de los que están fuera es el de la Gran Bretaña, que nunca quiso formar parte de esta Unión Monetaria desde el Tratado de Maastricht.
En el momento en el que se lanzó la Unión Monetaria, Gran Bretaña se negó a participar, al igual que Dinamarca y Suecia; esta última, debido a un referéndum en el que su población rechazó entrar, aunque tenía el compromiso de hacerlo, en 1995.
Algunos países de Europa del Este ingresaron en el periodo 2004-2007 y tienen el compromiso de entrar en el futuro, pero deben cumplir con una serie de criterios para hacerlo, entre los que figuran los criterios técnicos, sobre todo el de mantener su paridad cambiaria dentro de una banda de flotación muy cercana por más de dos años, y una serie de criterios macroeconómicos.
La Unión Monetaria se da en un contexto muy particular: El Tratado de Maastricht o Tratado de la Unión Europea firmado en 1992, que entra en vigor en 1993, tiene como antecedente importante el sistema monetario europeo lanzado en la década de 1970, tras la caída del Sistema Bretton Woods, el cual era un sistema de paridades fijas indexadas al dólar que, a su vez, estaba indexado al oro y que cae en 1971, entrando a un periodo de caos cambiario en donde todas las monedas son flotantes, unas con respecto a otras, lo cual resultaba muy disruptivo en el mercado único que era la Comunidad Económica Europea en aquella época. Así se lanza un sistema monetario europeo para tratar de hacer que todas las paridades, si no se podían fijar, por lo menos flotaran dentro de un margen mucho más estrecho, creándose de esta manera el Sistema Monetario Europeo, a partir de 1979.
La idea principal radicaba en hacer converger las economías para mantener paridades más o menos estables y que esto no se convirtiera en un problema comercial, con el fin de evitar guerras cambiarias como la que hoy existe entre China y Estados Unidos al tener un tipo de cambio muy sobrevaluado por una parte y muy devaluado por la otra; lo cual afecta a nuestro vecino en sus exportaciones e importaciones. Es decir, la idea de la Unión Monetaria también era solucionar este aspecto.
Por otra parte, se tiene un Deutsche Mark, moneda alemana cada vez más dominante dentro del sistema monetario europeo, lo cual también lleva a que se piense en una Unión Monetaria.
Es así que, como se mencionó, en 1992 se lanza el Tratado de Maastricht, entre otras cosas, también por razones políticas. No podemos olvidar que la Unión Europea es un proyecto político cuya finalidad fue resolver los problemas de la Segunda Guerra Mundial y contener el poder de Alemania que es mucho mayor, respecto a los otros países. Todos dependen de Alemania económicamente; sin embargo, no quieren ser dominados por este país, por lo que resulta necesario idear un arreglo en el que se dé soberanía a las instituciones supranacionales y hacer un sistema muy institucionalizado y complejo, que permita manejar y contener este poder de Alemania, y evitar otra guerra.
Es importante recordar también que la Unión Monetaria se da en el contexto del fin de la Guerra Fría, de la Reunificación Alemana, que asusta a los vecinos, particularmente a Francia y a Gran Bretaña, y que busca con el Tratado de Maastricht, no solo esa Unión Monetaria, sino también una política exterior y de seguridad común y otros asuntos para contener el poderío alemán, para evitar que tenga una política unilateral que afecte a los demás. Esta Unión se lanza en 1992, con el establecimiento de una serie de criterios de convergencia macroeconómicos para sostener la Unión Monetaria.
Cualquier estado tiene dos políticas económicas: la fiscal y la monetaria. Hablando de la primera, al integrarla y cederla al Banco Central Europeo, el cual copia su mandato del Bundesbank (Banco Central Alemán), se busca contener la inflación, la estabilidad de precios y ser independiente, políticamente.
Por otra parte, al ceder la política monetaria, los estados tienen que hacer algo con su política fiscal para converger, porque si no, habría una divergencia muy fuerte como la que se está viendo. El problema fundamental es precisamente esa divergencia importante entre las políticas fiscales de los distintos estados miembros, siendo que tienen una sola política monetaria para todos, unitalla, que es obviamente la talla de Alemania.
Se crean una serie de criterios de convergencia macroeconómicos, fiscales, de tope de déficit, de tope de inflación, de tope de deuda pública, etc., llamados Criterios de Convergencia de Maastricht y estos había que irlos cumpliendo para poder entrar al Euro el cual entró en vigor en enero del 2002.
Durante la década de 1990, los países de la Unión Europea fueron ajustando sus economías para hacerlas converger con esos criterios y entrar al Euro. Grecia entró un año después debido a que no terminaba de cumplirlos, y son estos criterios los que también deben cumplir los nuevos miembros de Europa del Este que quieran entrar.
¿POR QUÉ SE ORIGINA LA CRISIS EN LA EUROZONA?
A partir de 2004 nadie cumplía con los criterios; una vez dentro del Euro se habían quitado los incentivos para cumplir con ellos y se carecía de un mecanismo que los hiciera cumplir.
El mecanismo anterior era el Pacto de Estabilidad, firmado en Ámsterdam en 1997, el cual preveía una sanción económica para los países que tuvieran un “proceso de déficit excesivo”. Ya en 2004 todos estaban con déficit excesivo, incluidos Alemania y Francia; entonces, la Comisión Europea planteó multarlos, y el Consejo de la Unión Europea, es decir, los estados miembros, se negaron a hacerlo argumentando que nadie podría con dicho procedimiento, ya que, en una situación de déficit, el hecho de multarlos sería contraproducente; es así que se quitó el único mecanismo que existía para anclar la política fiscal.
Se puede hablar de que existe un problema de diseño en el euro desde sus inicios; en efecto, la crisis sí tiene una parte de coyuntura de la crisis financiera que empezó en Estados Unidos, debido a la serie de burbujas hipotecarias, no solo en ese país, sino también en Irlanda y España, pero también, y como se mencionó, existe un problema de diseño original de esta moneda.
Los británicos no quisieron entrar porque ya hablaban de que se tenía dicho problema en el diseño y argumentaban, por otra parte, que su ciclo macroeconómico no se ajustaría a esa política monetaria y si querían rebasar el gasto, porque les era conveniente, querían tener la capacidad de hacerlo.
De esta manera, en 2004, con un mal diseño del euro es como se inicia la crisis; nadie vio esto, los mercados no lo vieron; además, otro problema muy importante fue que al tener una política monetaria diseñada para un país con el poderío económico de Alemania, el crédito otorgado fue muy barato; las tasas de interés eran muy bajas porque la inflación así lo era, y después se empezó a prestar de manera irresponsable a países como Grecia, Portugal, Italia, etcétera, como si fueran Alemania, a dos puntos más, cuando no eran ni poseían el poder económico de este país.
Por otra parte, estos países también hicieron malos manejos con sus cuentas, en particular Grecia, que gastó desproporcionadamente lo que no tenía en las Olimpiadas de 2008; es cierto que hay gobiernos irresponsables que gastan más de lo que pueden y ese es el caso de Grecia.
También es muy claro el caso de Italia; sin embargo, ahí la deuda es más privada que pública, y en el caso de España e Irlanda, sí cumplían con los criterios de convergencia que Alemania y Francia no. Es decir, estos países habían tenido una política fiscal muy sana, pero tenían una burbuja inmobiliaria que no supieron desinflar a tiempo, y al estallar tuvieron que absorber a los bancos que estaban quebrando.
Esto también fue lo que pasó en Estados Unidos y en Gran Bretaña cuando Northern Rock quebró y Gordon Brown lo tuvo que nacionalizar, creciendo enormemente el déficit en el Estado y el rescate bancario terminó costando muchísimo dinero. Esto ha disparado los déficits gubernamentales.
En contraparte está el modelo Islandés que dice que no se debe acudir al rescate de los bancos; este país sufrió una caída de 20% del PIB en un año, tuvieron un empobrecimiento brutal de la población y hoy se está recuperando con un crecimiento en su economía muy bajo. De alguna forma, las debilidades que tenía el euro desde su diseño inicial, no las querían ver los mercados; se tardaron mucho en darse cuenta de este problema estructural, ya que se veía a esta moneda mucho más sólida que el dólar, se creía que iba repuntando y es de esta forma que se pasa por alto el problema del diseño.
Todo funcionó muy bien hasta 2008 cuando el euro ganó terreno frente a las demás monedas y, de alguna manera, los mercados apostaron a que si se presentaba algún problema Alemania pagaría para resolverlo.
Sin embargo, otro de los grandes problemas de este diseño del euro fue el exceso de optimismo en su funcionamiento, aunado a que no se había previsto la posibilidad de que un país saliera de esta Unión Monetaria, o que lo fueran a expulsar y ni siquiera se planearon qué soluciones se llevarían a cabo si no se cumplían los criterios impuestos a los países que estaban dentro de dicha Unión Monetaria.
No se especificó tampoco quién sería el “prestamista de último recurso”, es decir el Lender of Last Resource, quién entraría al rescate en caso de presentarse alguna deficiencia y tampoco si iba o no a haber una bolsa de rescate. Es así que se crea un exceso de optimismo en el uso del euro, no se contemplaban posibles escenarios difíciles y mucho menos se piensa en quién podría rescatar una caída.
Toda esta falta de previsión y exceso de confianza es lo que contribuye en una importante medida a empeorar la crisis, ya que es en el momento en que esta empieza a presentarse cuando resulta indispensable improvisar todos estos mecanismos de rescate.
¿EL CASO DE GRECIA ES UN DETONANTE MAYOR?
En la crisis, aunque pareciera que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando, todos sabían que las cuentas de Grecia no representaban la realidad; sí se sabía que estaba gastando lo que no tenía y los bancos franceses y alemanes le prestaron de manera irresponsable, con intereses muy bajos y ahora se niegan a cargar con parte de la deuda que ellos mismos generaron.
Como se mencionó antes, este país no reportó sus cifras de manera adecuada. Al haber un cambio de gobierno, se dieron cuenta de que la deuda de Grecia no era la oficial. Con la llegada de los socialistas del PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) al gobierno griego con Georgios Andreas Papandreu, se descubre la realidad de las cifras; se dan cuenta de que había un “hoyo” enorme en las cuentas públicas y al darse a conocer esta información se inicia el pánico. Al hablar de que Grecia no podría pagar, vino el contagio del miedo a los demás países los cuales estaban conscientes de que al final no había un mecanismo de rescate; sin embargo, por otra parte, era muy caro deshacer la Unión Monetaria y apostaban a que se terminaría pagando. Sacar a Grecia de dicha Unión resultaría mucho más caro que rescatarla y perdonarle la deuda, por lo que resulta un poco irresponsable hablar de excluirla.
¿CUÁLES SON LAS PERSPECTIVAS?
Alemania está respondiendo de manera muy ortodoxa al no querer pagar el costo de los errores cometidos. Propone soluciones a largo plazo: Angela Merkel y Nicolás Sarkozy lanzaron la idea del Tratado del Euro Plus, que es un tratado de disciplina fiscal, el cual pretende hacer que converjan las economías por medio de un acuerdo fiscal que obligue a los estados a tener esta convergencia económica. Es ahí donde cabría la pregunta si le conviene a estados como Italia o Grecia tener una política fiscal como la de Alemania; estos países sí necesitan de estímulos, son diferentes y no tienen la capacidad de devaluar la moneda para hacerse más competitivos.
En este momento, como una solución a la crisis, se está recurriendo a decisiones temporales que tienen altos costos sociales. Al no poder devaluar las monedas, los países hacen ajustes solo bajando los salarios reales y aumentando los impuestos. Estos ajustes han sido brutales: un recorte de 6% del gasto en un año. Bajar los salarios nominales es un explosivo social muy poderoso, sobre todo en una democracia, ya que el costo para la población es muy alto y el descontento social también; de alguna manera se deben medir los efectos al adoptar estas medidas.
En México lo hicimos bajo un sistema autoritario, no en uno en el que es necesario hacer converger a 27 democracias. Por lo tanto, es muy complicado, políticamente, hacer esos ajustes y por eso, por la democracia que se vive en la Unión Europea, se tardan tanto en tomar las decisiones y los mercados les van ganando, se les adelantan a las decisiones.
Sí se ha llegado a una serie de acuerdos; por ejemplo, el fondo de rescate que se improvisó ya lo van a institucionalizar tres años después de su creación, pues apenas en septiembre pasado, la Corte Constitucional Alemana dijo que era posible hacerlo. Lo que se ha tenido hasta ahora es un parche que, en realidad, no se sabe cómo funcionará y se ha improvisado. Por otra parte, resulta positivo, ya que al menos hay un fondo de rescate, es decir, hay un Lender of Last Resort.
Por otro lado, tampoco quedaba claro el mandato del Banco Central Europeo, sobre si se podía o no comprar bonos de estos países tan problemáticos de manera libre y sin límite. Los alemanes dicen que no se puede, pero el Banco Central Europeo empezó a hacerlo el verano pasado, lo cual representa quizá una política fiscal más laxa de lo que en realidad hubieran querido en Berlín.
Alemania habla de que si no hay una penalización por ser rescatados, todos los países con problemas económicos van a querer ser parte del rescate y es eso lo que exigen los alemanes, los finlandeses, los holandeses, el FMI, entre otros. Es importante que se exija a los países que se cumplan las reglas antes de pretender ser rescatados, ya que no se trata de dejar caer sus finanzas, para después esperar tranquilos el rescate de los países que pueden solventarlo, pues de este modo, no existe un incentivo para reformarse y ajustar sus gastos.
Asimismo, Alemania continúa con la “Troika”, su política económica “dura” y expresa que el problema es que si no se reforma, si se les otorga ese espacio se van a conformar y no van hacer nada por salir y/o evitar otras caídas; entonces, todos los países pensarían que al tener una penalización cero, podrían caer y ser rescatados de manera constante.
En este momento, para lograr el buen funcionamiento del rescate se sigue un mecanismo. Este se entrega parcialmente y la Troika (organismo integrado por tres instituciones internacionales encargadas de la aplicación sistemática del programa de consolidación fiscal: la Comisión Europea, el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional) verifica que los ajustes acordados se hayan llevado a cabo, para liberar los fondos del siguiente tramo del paquete de rescate. La cuestión es qué tan rápido deben ser esos ajustes porque las economías de estos países, hoy, son mucho más desalentadoras de lo que eran y, por consiguiente, no crecen y este ciclo económico no ayuda en nada a salir de la recesión mundial ni a que saneen sus finanzas o paguen su deuda.
Esto también se dio en la crisis de 1929, esta política tan ortodoxa que ha asumido Alemania en medio de una recesión no resuelve el problema, ya que al final sí se salió de esa crisis de 1929, pero con una política de inflación y gasto, y en este momento esto aún no se ve, por lo cual no se está resolviendo el problema con los ajustes llevados a cabo.
En la crisis de la Eurozona existe una polarización política cada vez más grave: están pagando “justos por pecadores”. El problema no lo hizo la gente, no lo hicieron incluso algunos de los gobiernos que están teniendo que recortar; es un problema más bien financiero, de entidades bancarias que financiaron de manera irresponsable y lo que se está haciendo al obligar a la población a que sea ella la que pague con su sueldo sí es muy difícil, socialmente se puede aguantar un año o dos, pero tampoco se vislumbra a corto plazo un final de la crisis.
Para Paul Krugman, premio Nobel de Economía, este no es el momento de hacer ajustes tan brutales a este ritmo, por el contrario, resulta necesario darles un poco más de espacio, más inflación y más gasto a estos países.
En el caso de España, el presidente Rajoy espera no pedir el rescate para no alinearse a las condiciones de la Troika. No quiere que les impongan ajustes porque pretenden hacerlos como mejor les convenga. Por ejemplo, el gobierno piensa en no cobrarles a sus clientes políticos y sí cobrarle todo a la oposición. No se trata de que el FMI y Bruselas les digan si se recorta parejo o no, ellos quieren tomar sus propias decisiones, “juegan” un poco con sus finanzas y buscan evitar el tema del rescate aunque posiblemente le daría espacio a su economía.
La crisis en la Eurozona que en gran parte se derivó, como ya se mencionó, de un mal diseño del euro, afecta con mayor fuerza a los diecisiete miembros de la Unión Monetaria, pero también lo hace a los 27 que conforman la Unión Europea. Ejemplo de lo anterior es Gran Bretaña, que no participa en dicha Unión y argumentó no estar de acuerdo con que se le impusieran normas a la City de Londres cuando es el centro financiero más grande de Europa y eso no era nada conveniente para ellos.
Por su parte Sarkozy dijo que países como la Gran Bretaña, que no se encuentra dentro, no deberían bloquear cómo resolver el asunto del euro. Sin embargo, resulta imposible desligar a Gran Bretaña de este problema, ya que sus inversiones, en gran medida, son del continente, siendo un problema de acción colectiva muy complejo.
También se presentan desacuerdos políticos, el actual gobierno alemán está plantado en un política ultra ortodoxa, en la que el FMI ha tenido que intervenir al igual que el presidente Obama al pedirles que lleguen a acuerdos porque la economía mundial puede resultar muy afectada, incluso el bloque asiático está perdiendo crecimiento económico.
Peer Steinbrück, actual candidato socialista a la presidencia de Alemania, está dispuesto a dialogar, a darle un espacio más amplio a Grecia, otorgarle un tiempo más razonable para hacer las reformas necesarias que los deje crecer un poco y decirle la verdad a los alemanes, decirles que van a tener que pagar el rescate y que va a costar muy caro, tres trillones de euros.
Es así que Alemania también por razones políticas, no ha querido hablar del tema con sus votantes, los ha querido mantener aislados, haciéndoles creer que el problema está en el sur de Europa y que ellos son los que tendrán que resolverlo, cuando la realidad es que es un problema de convergencia entre las economías.
La crisis en la Eurozona no va mejorar a menos que haya un cambio de actitud de los países acreedores, porque no es nada más Alemania es también Holanda y Finlandia.
Concluyendo, podríamos hablar de que 2013 se vislumbra como un año muy difícil, no solo para los países europeos, sino para la economía mundial, ya que Europa es el principal mercado para Estados Unidos y China, y al encontrarse deprimido no es nada fácil hablar de una posible recuperación.
Es muy preocupante la crisis en la Eurozona y la perspectiva de crecimiento global; el horizonte para el próximo año sigue siendo sombrío y muy complicado. Para México, la crisis en la Eurozona podría afectar la actividad económica en 2013, severamente, debido al flujo de capitales entre ambas regiones, a la turbulencia en las bolsas y a que se afecte la economía norteamericana de la que tanto depende México.
Al fin y al cabo, lo que estamos viviendo, es producto de la globalización y la interconexión de las economías, en donde todas se ven afectadas de una u otra manera, ya que convergen en diferentes espacios.

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