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ISSN 2594-1976
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¿Se fomenta la creatividad en las empresas?

admin - 1 noviembre, 2015

Por Dr. Francisco Gerardo Barroso Tanoira/Profesor-Investigador División de Negocios, Universidad Anáhuac Mayab/francisco.barroso@anahuac.mx

Era el primer día de clases del curso de Comportamiento Organizacional, una de mis materias favoritas, en aquel segundo semestre de 2002. Recuerdo con afecto a aquellos muchachos, hoy ya profesionistas consolidados en sus diferentes ámbitos. Como en todos mis cursos, comencé preguntando a cada quien su nombre, lugar de origen y una meta en la vida… cualquiera, a corto o a largo plazo. El primero dijo su nombre, lugar de nacimiento y mencionó que una meta en su vida era terminar la carrera con un buen promedio. Bueno, ¡era una meta!

Le pregunté al segundo, y respondió que su meta era acabar la carrera con un buen promedio. Y así el tercero y el cuarto. Cuando llegamos al sexto, paré el ejercicio. ¿Por qué me estaban diciendo eso? Parecía una lección de memoria. Tal parecía que el objetivo era prepararse para que alguien se fijara en ellos y los contratara. No está mal trabajar para otro, si esa es la inclinación de la persona, pero hay que ayudar a los alumnos a descubrir que esa no es la única alternativa. Uno puede tener un negocio propio, emprender, generar empleos y crecer. Es probable que los padres influyan en el alumno cuando le dicen que estudie, obtenga un título y que sea alguien en la vida.

Ahora bien, aunque tener un título puede ayudar en algunos casos, lo cierto es que solo indica que el alumno fue capaz de transitar por el programa y graduarse. El éxito dependerá de la forma como conecte sus conocimientos, habilidades y actitudes, y los convierta en competencias para que aprenda a aprender. Esto implica el desarrollo de su creatividad, las habilidades gerenciales y su capacidad para innovar.

Creatividad e innovación

En la actualidad se habla mucho acerca de los esfuerzos que realizan los países, las empresas y otras organizaciones para fomentar la innovación, como si con el discurso bastara. Sin embargo, es necesario considerar que el antecedente de la innovación es la creatividad (Barroso, 2006). Para ser innovador hay que ser creativo, por lo que los empresarios que buscan la innovación deben fomentar la creatividad, en primer lugar.

Existen varias formas para entender la creatividad. Para De la Torre (1997), es la capacidad y la actitud para generar nuevas ideas y comunicarlas, mientras Gámez (1998) sostiene que es la capacidad de crear, producir, dar origen o representar por primera vez. Para Robbins y Judge (2014) es la capacidad para combinar ideas nuevas y útiles, distintas a lo que se ha hecho antes, pero que sirvan para resolver los problemas que se presentan. Para Barroso (2010) es la capacidad de crear algo nuevo o diferente y que tenga valor. Todos estos autores concuerdan con Clegg y Birch (2001) y De Bono (1996) en cuanto a que la creatividad es un factor de supervivencia debido a que construye alternativas de acción, ya que si no hay creatividad solo será posible usar conceptos estandarizados o rutinarios que podrían ser la causa del estancamiento de las organizaciones.

Originalidad, innovación y creatividad

Cuando se habla de creatividad se piensa en hacer cosas nuevas o diferentes, es decir, se le relaciona con la originalidad. Sin embargo, esta no es sinónimo de creatividad (Gámez, 1998), sino solo un criterio para medirla, ya que existen otros tres: fluidez, flexibilidad y capacidad de elaboración. Estos cuatro criterios se describen a continuación:

  • Originalidad. Se refiere a lo inusual de un producto o en qué medida se aparta de la norma, de lo que tradicionalmente existe. La originalidad es solo un aspecto de la creatividad.
  • Fluidez. Es la cantidad de productos creativos que la persona genera independientemente de su originalidad. Por ejemplo, a un artesano que hace cientos de tasas de café, todas muy similares, se le calificaría como creativo aunque no fuera demasiado original.
  • Flexibilidad. Se refiere a cuántos productos diferentes (no necesariamente inusuales) puede la persona crear a partir de una base dada. Un arquitecto flexible puede diseñar casas con muchas configuraciones diferentes, ya que puede basarse en un diseño general para las viviendas y solo cambiarle algunos detalles en la fachada, por ejemplo. A pesar de que los cambios no son radicales, da la impresión de que existe diferencia entre los modelos creados.
  • Capacidad de elaboración. Se refiere a la atención a los detalles. El ser humano es creativo cuando produce diseños sumamente complejos y detallados, aunque no sean insólitos ni numerosos.

Desde este punto de vista, una persona puede ser creativa sin ser original, por lo que es necesario estimular también la fluidez, la flexibilidad y la atención al detalle. También se requiere de un sistema de incentivos (aunque esto no signifique comprar la creatividad), que recompense a las personas que, sin ser originales, demuestren su creatividad (Florida y Goodnight, 2005). Asimismo, hay que reconocer que la creatividad no solo es tangible, que es la que usualmente se ve incorporada a los productos, sino intangible, que es la relacionada con aspectos que no se, ven pero que allí están; por ejemplo: las relaciones humanas, un buen ambiente de trabajo, la comunicación eficaz y la capacidad de organización.

El sistema escolar y la creatividad

Al parecer, desde la escuela se nos ha educado para no ser creativos. Los niños, cuando están en el kínder juegan, aprenden, bailan y se divierten. Utilizan los dos hemisferios del cerebro (De Bono, 1994): el izquierdo (racional, deductivo, responsable del pensamiento vertical) y el derecho (soñador, intuitivo, responsable del pensamiento lateral y divergente). Sin embargo, cuando pasan a la primaria, se les corta el cerebro a la mitad. Dejan de jugar como lo hacían antes; ahora solo lo hacen en el recreo, y el resto del tiempo es dedicado a materias “más útiles” como matemáticas, español, ciencias naturales y otras. Las artísticas tienen menos tiempo en el espacio curricular.

Cuando ingresan a la secundaria, pasan de un esquema de una maestra a tener varios profesores, siempre con el tradicional énfasis en matemáticas, lenguaje, etc., y la educación artística queda como una materia más.  En la preparatoria el caso es más dramático, ya que la educación artística queda como opcional, pero se incrementa el número de materias racionales.

Eso sí, cuando llegan a la universidad queremos que los estudiantes sean creativos y críticos para realizar sus ensayos y dar sus opiniones, pero simplemente no pueden hacerlo. Están acostumbrados a dar una respuesta: la del libro, la que dan el autor o el profesor. Piensan verticalmente, pero es difícil que conecten lo que saben para lograr el pensamiento divergente, es decir, no son capaces de aportar varias soluciones para un mismo problema.

Sir Ken Robinson (2011), un experto mundial en asuntos del desarrollo de la creatividad escolar, comenta que el sistema educativo fue realizado para otra época. Hemos heredado un sistema del siglo XVIII, en donde imperaban la Ilustración y el Modernismo como corrientes filosóficas, y el capitalismo del inicio de la Revolución Industrial como marco económico. Entonces, la educación se orientaba a formar rápidamente los cuadros de ingenieros, administradores, contadores y otros profesionistas para incorporarse lo antes posible al mercado laboral. Cabe mencionar que la escuela es lo más parecido a una fábrica: ambas tienen timbres, hay separación de departamentos y funciones, se clasifica a la gente y se pretende una formación en masa, la cual será depurada por medio de certificaciones que indiquen quiénes son competentes o no, según el sistema. Interesante, pero ¿en dónde queda la capacidad del alumno para ser creativo? ¿En dónde está la oportunidad para que el talento y la oportunidad se encuentren? Es curioso ver que estamos preparando a los estudiantes para el futuro, a unos cinco años cuando menos, pero la realidad es que no sabemos cuál será el tipo de cambio peso-dólar el próximo fin de semana.

Por otra parte, el sistema escolar está basado en calificaciones. ¿Podría decirse que sacar 10 motiva al estudiante a aprender? La verdad es que no. Sacar 10 solo motiva al alumno a seguir sacando dieces, pero si su profesor está desvinculado de la realidad, ¿para qué va a servir ese 10? Tampoco puede decirse que el alumno con el mejor promedio sea el mejor o el que aprendió más, ya que la calificación es solamente un indicador del rendimiento individual y que no necesariamente está ligado a su aprendizaje académico, aunque sí a su habilidad personal. ¿Que viva el seis? ¡Obviamente que no! Sin embargo, el éxito profesional parece estar en la creatividad, es decir, en la sensibilidad al entorno, el significado de la tarea, la identidad con la tarea y la conectividad entre las ideas pasadas para lograr nuevos aprendizajes, así como para conjuntar el esfuerzo de equipo para lograr metas mayores.

De poco sirve un diez si el egresado no tiene la posibilidad de conectar lo aprendido (conexión interna) ni trabajar en equipo (conexión externa o colaboración). Cabezas, citado por De la Torre (1997) indica que las personas creativas deben cumplir con los siguientes criterios:

  • Sensibilidad a los problemas, a deficiencias, fallos, lagunas y a las mejoras.
  • Autonomía e independencia de criterio, de tal manera que cada uno sea como es, respetando su libertad.
  • Buena imagen de sí mismas, que crean en sus posibilidades y luchen por alcanzar sus metas.
  • Alto nivel de aspiraciones y exigencias, que se arriesguen y acepten retos.
  • Empeño y constancia en el trabajo.

También es importante eliminar los bloqueos, los cuales pueden ser los siguientes:

  • Bloqueos a la percepción, es decir, no usar los sentidos para observar o no poder distinguir relaciones causa-efecto.
  • Bloqueos culturales.
  • Bloqueos emocionales, como el temor a cometer errores, la desconfianza hacia los demás o aceptación de la primera idea que se presenta.

De Bono (1994) dice que para evitar lo anterior debe estimularse el pensamiento lateral: el divergente.

La creatividad está en la conectividad

Educar es más que transmitir un conocimiento, es ayudar a otros a ser aquello para lo que vinieron al mundo. Es ayudarlos a descubrir y desarrollar sus potencialidades, de manera que usen su conocimiento para generar nuevo conocimiento. Se trata de enseñarlos a pensar, a ser sensibles al entorno, a encontrar un sentido en lo que aprenden, a conectar el aula con la vida real. Serán competentes si tienen el conocimiento, la habilidad y la actitud para desempeñarse en el puesto en que estén.

Barreras a la creatividad

En un estudio realizado por este servidor (Barroso, 2010), se mencionaron las 10 razones que desmotivan a los trabajadores para ser creativos:

  1. La deshumanización de los jefes.
  2. Los jefes no toman en cuenta a los trabajadores.
  3. La incapacidad de los jefes para ser líderes.
  4. Los problemas en la comunicación.
  5. La falta de confianza entre jefes y trabajadores.
  6. El mal ejemplo de los jefes.
  7. La evaluación injusta de las ideas.
  8. La falta de fomento del desarrollo de las ideas.
  9. La falta de confianza entre compañeros.
  10. La falta de un sistema de incentivo por las nuevas ideas.

De todas las anteriores, la 9 es inherente a los trabajadores, pero las restantes dependen de los jefes, es decir, de los supervisores para arriba en el organigrama, y están relacionadas con las habilidades gerenciales. En consecuencia, el liderazgo adecuado fomenta la creatividad, pero el inadecuado la inhibe. Un buen líder ayuda a su personal a ser creativo, lo cual le permite llegar a mayores niveles de satisfacción, compromiso y productividad.

En las empresas debe fomentarse la creatividad, independientemente de si se les enseñó o no a los trabajadores. Puede decirse que la diferencia entre empresas exitosas y las no exitosas está en la formación de personal creativo que pueda tomar decisiones, aprender rápidamente y actuar en consecuencia para adaptarse a su medio. Las no exitosas serán aquellas en las cuales los trabajadores son ejecutores, personas que se apegan al manual y que no se adaptan al medio, por lo que su destino será ser desplazadas por otras que sean creativas y, por consiguiente, innovadoras. Esto se ve corroborado por el estudio de la IBM 2010 CEO Study en que fueron entrevistados 1500 CEO de 60 países en 33 sectores productivos. Según esto, en los próximos años la creatividad será considerada en las empresas como: la cualidad de liderazgo más importante, más que el rigor, la disciplina y la visión. Llama la atención que las cualidades a las que se les da más énfasis, como el pensamiento global, la capacidad de persuasión y la apertura de mente, están muy por debajo de la expectativa creativa. Por supuesto, el líder debe ser justo, humilde, buscar la sostenibilidad y ser dedicado, pero la creatividad marcará la diferencia entre los líderes y profesionistas exitosos, de aquellos que no lo sean.

¿Se fomenta la creatividad en las empresas?

En las empresas mexicanas, particularmente en las del Sureste de México (salvo algunas excepciones), la capacitación que se realiza se orienta hacia los aspectos técnicos del trabajo, así como a reforzar la identidad hacia la empresa, el trabajo en equipo y el liderazgo. Se gastan recursos pero muchas veces no se ve alguna mejoría debido a que no dedican tiempo al desarrollo del pensamiento crítico y creativo (Barroso, 2006). No promueven el desarrollo de la creatividad, por lo que sus trabajadores se convierten en meros ejecutores de órdenes, desperdiciando el potencial de generación de nuevas ideas para productos, servicios y procesos, lo que las hace vulnerables a otras empresas que sean más creativas y, como resultado, más innovadoras en los sectores respectivos.

Estoy convencido de que el desarrollo de la creatividad influye en la productividad de los trabajadores porque les ayuda a ser sensibles al entorno interno (empresa) y externo (mercado), además de que se fomenta un mejor clima laboral. Esto se logra capacitando al personal (directivos, gerentes y trabajadores) a ser solucionadores de problemas enseñándoles a pensar, a ser gestores de su propio aprendizaje y a comprometerse con su propio aprendizaje. Se refuerza la autoestima y los trabajadores perciben que aportan a la empresa, por lo que la rotación disminuye. Se sienten parte de la empresa y más orgullosos de su trabajo, lo cual es más evidente si los esfuerzos creativos se acompañan de una adecuada política de incentivos, tanto extrínsecos como intrínsecos.

Lo anterior se hizo evidente en los trabajos desarrollados con mis alumnos de licenciatura en el semestre de agosto a diciembre de 2014 en diversas empresas de Mérida, Yuc., y por los cuales me fue otorgado el “International Best of Regions Excellence Award” de la Accreditation Council for Business Schools and Programs (ACBSP) en junio de 2015. Se presentaron casos en los cuales los estudiantes diseñaron e implementaron actividades de desarrollo de la creatividad con trabajadores de empresas para ayudarles a ser más sensibles a los problemas y oportunidades, así como para generar opciones factibles para resolverlos e incrementar la productividad. De esta manera el alumno desarrolla su creatividad y aprende en la práctica, además de que las empresas se beneficiaron al lograr personal más creativo, mejorar su clima laboral y la productividad en donde estas actividades se efectuaron.

Aunque el tiempo fue reducido y las implementaciones fueron a manera de estudio piloto, se sembró en las empresas la inquietud por seguir con este tipo de actividades, lo cual continuaremos en este año escolar 2015-2016. Cabe mencionar que algunos alumnos han sido contratados por dichas empresas, lo cual es también un motivo de satisfacción y orgullo personal.

Para finalizar

Las empresas deben fomentar la creatividad en todos sus colaboradores, desde los directivos hasta los trabajadores operativos. Como se trata de una competencia transversal, es decir, que es común a todas las personas sin importar rango ni nivel de estudios, es posible que las sesiones o cursos de capacitación al respecto sean interdepartamentales y transjerárquicos, lo cual reforzará la participación de todos, así como la integración del personal y el compromiso organizacional.

Es importante hacer el trabajo más interesante y variado por medio de la rotación interna de puestos, capacitación y resolución de casos. La capacitación constante y enfocada es fundamental, así como proporcionar a los trabajadores todo el material y las herramientas necesarias para lograr sus objetivos y metas laborales. Vale la pena que los jefes se reúnan con su personal y analicen ejemplos de otras empresas, así como que organicen sesiones de lluvia de ideas en las que empleen herramientas de pensamiento crítico y creativo para aportar soluciones a los problemas de la empresa.

La innovación es imposible sin la creatividad, la cual es su antecedente. Si es necesario, la empresa debe contratar algún consultor profesional para ayudarla al respecto. Sin embargo, el primer punto es que, como cabeza del equipo, los dueños y directivos se decidan a ser creativos y fomentar la creatividad. Hay que incorporar la creatividad al desarrollo del liderazgo. Lo único que puede ayudar al país a crecer es tener empresas innovadoras que compitan con otras en el mundo, para lo cual se requiere del fomento de la creatividad. Todos los seres humanos tienen la capacidad de ser creativos, pero lo que se requiere es una oportunidad: lograr que el talento y la oportunidad se encuentren y logren nuevos niveles de desarrollo. ¿Qué le parece?

Referencias

Barroso, F. (2006). “La creatividad en las empresas. Sugerencias para su aprovechamiento”, Memorias del X Congreso Anual de la Academia de Ciencias Administrativas, A.C. (ACACIA), Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México.

Barroso, F. (2010). “Factores a considerar para desarrollar la creatividad en las empresas. Un estudio en 70 empresas en la ciudad de Mérida, Yucatán”, Memorias del XV Congreso Internacional de Contaduría, Administración e Informática, Universidad Nacional Autónoma de México.

Clegg, B. y Birch, P. (2001). Creatividad al instante. México, Granica.

De la Torre, S. (1997). Creatividad y formación: identificación, diseño y evaluación. México, Trillas.

De Bono, E. (1994). El pensamiento lateral. Manual de la creatividad. México, Editorial Paidós Mexicana.

Florida, R. y Goodnight, J. (2005). Gestionar para la creatividad. Harvard Business Review, 93-99.

Fobler, H. S. y LeBlanc, S. (1995). Strategies for creative problem solving, USA, Prentice-Hall PTR.

Gámez, G. (1998). Todos somos creativos, Barcelona, Ediciones Urano.

IBM (2010) Global CEO Study. Most important leadership qualities over the next five years. En Why do we need creativity? (2013). Recuperado el 12 de Agosto de 2015 de https://www.youtube.com/watch?v=RwGlaCTnNys#t=87

Robbins, S. y Judge. T. (2014). Comportamiento Organizacional (15ª. ed.), México, Pearson-Prentice Hall.

Robinson, K. (2011). Las escuelas matan la creatividad. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=AW-bTuBA5rU

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