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ISSN 2594-1976
Artículos

África, maldición de recursos naturales

admin - 15 agosto, 2016

Ana Karen Hernández Balderrama/Estudiante de la licenciatura de Negocios Internacionales, ESCA Santo Tomás, IPN/balderrama_h@hotmail.com

El continente africano es muy diverso, con influencias europeas y musulmanas que se encuentran presentes en la arquitectura, la religión, la cultura y otras tradiciones, como el matrimonio cristiano; se hablan más de 1,000 dialectos, así como francés, inglés, portugués y árabe, como idiomas predominantes

África cuenta con un gran número de recursos naturales como minas de diamantes, yacimientos de petróleo, gas y otros minerales como: bauxita, manganeso, níquel, platino, cobalto, radio, germanio, litio, titanio y fosfatos; sin embargo, pese a toda esta riqueza natural, África es una de las regiones más pobres del planeta.

Debido a su separación de colonias occidentales en el siglo pasado, muchos países africanos como Nigeria, Mauritania, Argelia y Somalia, por mencionar algunos, se han visto envueltos en conflictos políticos, estados fallidos (como el caso de Cabinda) y guerrillas internas, las cuales contribuyen al poco desarrollo de los mismos.

De acuerdo con la UNESCO en su reporte de 2001: “Seguridad humana, prevención de conflictos y paz”, la falta de educación, las hambrunas, catástrofes naturales, violencia interna, corrupción y otros factores sociales han hecho de África un territorio en ocasiones muy hostil.

África se encuentra dividido por 54 países, algunas regiones aún son colonias de países europeos, ya que durante la época del nuevo imperialismo generado tras la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII existió un reparto y apropiación de tierras africanas, sin considerar ningún tipo de factor cultural, social ni económico de la región; en 1885, se convocó en Berlín una conferencia internacional que logró diferir los conflictos entre las diversas potencias, haciendo que la costa mediterránea africana quedara en manos de Francia y el Reino Unido. La costa oriental se dividió entre los alemanes y los británicos. La costa occidental africana quedó en poder de los belgas, franceses y británicos.

Por su parte, los españoles se hicieron del Sahara Occidental, los italianos consiguieron Somalia y los portugueses extendieron su control sobre Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, mientras que los alemanes se hicieron de Namibia.

Todos estos países tenían (y siguen teniendo) intereses muy puntuales respecto a la obtención y control de estas áreas estratégicas; el oro, los diamantes, el petróleo y las maderas preciosas, entre otros recursos naturales, eran y siguen siendo de suma importancia en una economía mundial donde es necesaria la obtención de recursos naturales para la fabricación de algunos productos como es el caso del coltán, el cual se utiliza en las áreas de microelectrónica, telecomunicaciones, armamento y en la industria aeroespacial.

Sin embargo, a pesar de que se comercializa con todos estos insumos, solo 10% de los beneficios de la extracción de los recursos naturales queda en el continente, en gran medida, estos beneficios se ven reflejados en el financiamiento a las guerrillas y milicias, las cuales controlan, en su mayoría, las minas de diamantes y de oro.

Estas milicias buscan vender “permisos” de extracción a empresas transnacionales, y con esta recaudación de fondos se compra armamento, el cual sirve para seguir violando, esclavizando y matando a los civiles.

Es así como se concluye que África sufre de un término llamado “maldición de los recursos”, ya que existe una legislación poco regulada o escasa y en la mayoría de los casos está ausente, además de que la gestión de los recursos se hace de manera deficiente e ineficiente, y la sociedad está más preocupada por algunos otros temas que por buscar la rendición de cuentas a los gobiernos y a las figuras de poder (además de que, en muchos casos, estas personas están bajo amenazas).

Ante esta situación insostenible y la creciente preocupación internacional se buscó que las empresas se integraran a una certificación llamada “Certificación de Kimberley”, proyecto impulsado por las Naciones Unidas, donde se asegura la procedencia “limpia” de las gemas que se mueven en el mercado. De esta manera se aseguraba que no se estaría colaborando con ello a la violación de los derechos humanos; no obstante, ninguna de estas medidas evita que África siga siendo el continente más pobre.

Existen grupos de defensa de derechos humanos que van a pequeñas comunidades y poblaciones, las cuales se están viendo intoxicadas por el cianuro utilizado en las extracciones de oro, acciones que derivan en muertes y pérdidas de ganado.

Las crisis económicas, como la de Zambia en 2008 donde se perdieron más de 70,000 puestos de trabajo o el caso de la República Democrática del Congo donde se han cerrado muchas minas, tampoco ayudan a reducir esta situación, ya que los propios habitantes africanos buscan vender estas joyas por su parte, pues durante su jornada laboral reciben un euro diario (en ocasiones ni siquiera existe paga).

Una de las medidas que se trata de implementar es la mejora de la transparencia y la gobernanza para erradicar la pérdida de ingresos que sufre África; sin embargo, el descubrimiento de nuevos minerales hace que existan más países interesados en la búsqueda y extracción de estos recursos, además de hacer exploraciones en dichos territorios, lo cual implica que la población se vea afectada y sensible ante la llegada de personas extranjeras.

Esta maldición que sufre África es cruel, y con los descubrimientos de yacimientos minerales resulta crucial, pues esto significaría decenas de miles de dólares que podrían ser destinados al financiamiento de escuelas y hospitales; pero el desvío de recursos es una situación que se vive día con día en este continente, además de que las empresas y la industria extractiva debieran aclarar sus asuntos fiscales, lo cual es complicado por la presencia de la corrupción.

Uno de los casos más claros es la segunda guerra del Congo, que fue un conflicto armado que tuvo lugar en gran parte de la República Democrática del Congo. Este inició en 1998 y terminó en 2003, y es considerado el conflicto continental africano más grande del que se tenga noticia, ya que provocó la muerte de aproximadamente 3,8 millones de personas mediante violaciones masivas, tortura y limpieza étnica. Todo esto derivado de los intentos de grandes grupos en conflicto por controlar la magnífica riqueza de recursos naturales del país.

Existe un organismo fundado en 1975 llamado Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés) que ha comenzado a trabajar en un código regional para la minería, con el objetivo de proteger los derechos de las comunidades locales.

El Doctor Nic Cheeseman, profesor asociado en política africana, de la Universidad de Oxford, da énfasis a la dependencia de los recursos naturales por parte de los países africanos gracias a los descubrimientos de yacimientos de gas y petróleo en África Oriental y Occidental, además de que países como la República Democrática del Congo, Nigeria y Sudán sustentan su economía en la explotación de recursos naturales, y que esta tendencia se irá expandiendo en torno al impacto que tiene el petróleo, extendiéndose a Ghana, Kenia, Uganda y Tanzania. De la gestión oportuna de los recursos naturales por parte de los países africanos pende su recuperación económica, pero estos esfuerzos no deben centrarse solo en los gobiernos, también deben llevarse a cabo junto con multinacionales y gobiernos extranjeros que han buscado en esa zona su propio interés, para así garantizar que los beneficios obtenidos por el petróleo y el gas favorezcan al desarrollo de los ciudadanos de África.

Por su parte, la Unión Europea ha creado recientes iniciativas legislativas, como la llamada Transparencia en las Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés) que comenzó en 2004 y cuenta con 26 estados adheridos (entre ellos, Nigeria, Noruega y la República Democrática del Congo), la cual promueve la transparencia, el buen gobierno y la rendición de cuentas, generando para las empresas actividades de industria extractiva y forestal la obligación de realizar un informe por país sobre los pagos realizados a los gobiernos, además de que deben informar el impacto ambiental de sus actividades, así como del social y el laboral; en materia de derechos humanos se habla acerca de la anticorrupción y sobornos.

El presente tema no es solo un estudio de catedráticos, también lo es de escritores como el caso del libro basado en hechos reales llamado Sueño del celta de Mario Vargas Llosa, en el que se habla de Sir Roger Casement, quien fue un cónsul británico famoso por sus denuncias contra las atrocidades y abusos del sistema colonial en el Congo Belga, que era administrado por el rey de Bélgica. En este libro se puede leer más detenidamente el tipo de prácticas llevadas a cabo por las autoridades, como: la tortura, mutilaciones, castigos corporales y asesinatos.

Todas estas exploraciones coloniales derivan en esclavitud, explotación inmisericorde, además de genocidios, y todo ello motivado por compañías mercantiles que sobornaron y corrompieron a las estructuras sociales, políticas y administrativas.

Bajo esta línea, existe un país que ha generado solidaridad en la búsqueda de cooperación y desarrollo del continente africano: China, que ya no es autosuficiente en materias primas y precisamente este es su objetivo.

Por último, el continente africano posee gran potencial, países como Francia o Reino Unido —los cuales tienen colonias en esta región— desconfían de las condiciones laborales a las que los africanos están sometidos, además de que la búsqueda de China por integrarse a la economía africana es dudosa. La realidad de África es algo que no debe dejarse de lado, ya que de ahí se extraen los recursos naturales necesarios para que las empresas transnacionales puedan seguir con sus operaciones.

Otro punto importante a tomar en cuenta es el turismo en África, en especial la caza furtiva, ocasionando que existan especies en peligro de extinción como el elefante africano, el guepardo, el hipopótamo pigmeo y el rinoceronte blanco.

Por lo anterior, buscar mejores condiciones y el desarrollo de esta región, debe volverse un tema principal en la agenda de la comunidad internacional, ya que de esta manera el intercambio y la cooperación bilateral y multilateral podrán rendir frutos como se esperaría de las relaciones internacionales de países como Estados Unidos o los países pertenecientes a la Unión Europea.

Como habitantes de la Tierra y como humanidad está en el tintero la reflexión de este artículo para pensar en África y su población.

Referencias

http://elordenmundial.com/relaciones-internacionales/china-y-africa/

http://revistacritica.com/contenidos-impresos/vigilia/el-sueno-del-celta-de-mario-vargas-llosa

El reparto colonial de África

http://www.esade.edu/web/esp/about-esade/today/esade-opinion/viewelement/315081/1/la-maldicion-de-los-recursos-naturales-en-africa:-corrupcion-y-diamantes-de-sangre

http://www.reingex.com/Africa-China-Relaciones-Economicas.asp

La maldición de los recursos naturales #RiquezaqueEmpobrece

https://www.oxfam.org/es/sala-de-prensa/notas-de-prensa/2013-10-24/punto-de-inflexion-en-la-lucha-contra-la-maldicion-de-los

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