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Artículos

Ética en la construcción de automóviles y en la información financiera

admin - 5 septiembre, 2016

C.P.C. Fernando López Cruz/Socio de BLC Contadores Públicos/lopezcruz@blc.com.mx

Al abordar un vehículo automotor, para el caso autos y camionetas, lo hacemos con confianza al dar por sentado que cumple con todos los requisitos de ingeniería necesarios para proporcionar a sus ocupantes la tranquilidad sobre su seguridad física y de todo tipo, por considerar que ha sido armado por personas que conocen a detalle la manera en que debe fabricarse, y que las partes que lo integran cumplen con las especificaciones y requisitos de calidad indispensables en ese tipo de bienes

No obstante, algo ha ocurrido quizá de un año a la fecha, pues algunas armadoras han solicitado que varios de sus modelos sean llevados a revisión a sus talleres, debido a problemas detectados en algunos de sus componentes; por ejemplo: bolsas de aire, frenos, conexiones de mangueras, cables eléctricos, la dirección, dispositivos para disminuir la emisión de gases contaminantes, aparatos para el ahorro de combustible, entre otros; en fin, es una serie de cuestiones que, al parecer, ya se presentaban desde hace tiempo y lo sabían las armadoras y que por alguna razón no se daban a conocer, de manera abierta, a los medios de comunicación (lo que ya es una conducta antiética). Esto nos invita a reflexionar qué es lo que ocurrió, si en el fondo hay actitudes o conductas alejadas de la ética, del sentido de responsabilidad y de la conciencia de que al no elaborar correctamente una pieza de automóvil, puede llevar a consecuencias fatales para los usuarios del vehículo.

¿Acaso no se han aplicado, con el debido rigor científico, las pruebas de resistencia y calidad de materiales? ¿Se buscó ahorro en los costos de producción? ¿No se toma conciencia que se juega con la seguridad y la integridad física de quienes van a utilizar el vehículo? ¿O, en el fondo, existe descuido y negligencia en todos los niveles? ¿O es la suma de todos esos factores? ¿Y si hay actos de corrupción?

Consecuencias en la información financiera

Respecto a la información financiera, ¿las armadoras involucradas en esos cuestionamientos habrán creado las provisiones necesarias a efecto de que su información no presente utilidades excesivas o improcedentes, y por lo mismo no se hubieran decretado dividendos sobre beneficios que no son ciertos; o bien, existen pérdidas no reconocidas que pongan en riesgo la vialidad de la empresa como negocio en marcha? ¿Existirán los fondos monetarios suficientes para cubrir las multas que les sean impuestas, pues en estos días (27 de junio), en EE.UU. se dio a conocer la multa impuesta a una de las armadoras que ronda la cifra de 15,000 millones de dólares? ¿Y de qué monto puede ser la multa que se imponga en otros países? ¿Y si no son suficientes las provisiones contables, la corrección a estados financieros de las armadoras por las multas, los costos que se eroguen con motivo de la reparación de las unidades con defectos y de los posibles resarcimientos de daños a favor de los adquirentes, la corrección contable se hará prospectiva o retrospectiva? ¿Y a quienes invirtieron en las acciones de esas empresas, se les va a reconocer una compensación por haber sido engañados con información no fidedigna? ¿Acaso falló la comunicación entre el área de contraloría y finanzas con el área de ingeniería, para inquirir si ésta consideraba prudente crear alguna provisión contable y un fondo en monetario ante la posibilidad de que los coches presentaran fallas o defectos, o en el argot inmobiliario, vicios ocultos que fuera necesario reparar? ¿Qué falló y por qué?

Norma Oficial Mexicana

Debido a las fallas que se han presentado en la industria automotriz a escala mundial, a lo cual no es ajeno México, se hizo necesario que el gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Economía, actualizara la normatividad correspondiente relacionada con ese sector, y para tal fin se publicó en el Diario Oficial de la Federación, de fecha 9 de mayo de 2016, la Norma Oficial Mexicana NOM-194-SCFI-2015, la cual se refiere a los dispositivos de seguridad esenciales que deben contener vehículos nuevos, y en la que se describen las especificaciones de seguridad y características técnicas de los componentes que integran un automóvil, que deben ser observadas y respetadas por los fabricantes de autopartes.

Construir información financiera

Quizá nos preguntemos qué tiene que ver armar un vehículo con la información financiera. La respuesta puede presentar diversas explicaciones, pero una de ellas es que los estados financieros también representan una unidad que se estructura de componentes denominados activos, pasivos y capital contable, para el caso del balance; ingresos, costos, gastos y provisiones, si se trata del estado de resultado integral (o sus equivalentes, según el tipo de entidad). Es decir, si en la preparación de esos documentos no se observan las normas técnicas contables que, atendiendo a la naturaleza jurídica y de actividades del preparador y emisor de información financiera, le son aplicables, también se estará fallando en conductas de integridad, congruencia y ética y de debido cuidado y atención profesional para que el usuario de la información confíe en el contenido y la veracidad de ésta, de tal manera que con plena seguridad y confianza tome las decisiones que mejor le convengan a sus intereses. Y, si bien es cierto que a diferencia de las consecuencias físicas que deriven de posibles fallas mecánicas que tenga un automóvil, en el caso de la información financiera los errores que ésta tenga inducen a una decisión equivocada que puede repercutir en la afectación del patrimonio de la persona física o moral.

Cuidado y diligencia profesional

El cuidado y diligencia profesional comprende no solo armar un vehículo con los componentes y las piezas adecuadas, y conocer en dónde y cómo se coloca cada pieza. Estas mismas cualidades se requieren para quienes ejercen la Contaduría, pues una vez que se han contabilizado las operaciones efectuadas por la entidad y procesadas con medios electrónicos, y se ha obtenido la balanza de comprobación, la siguiente etapa consiste en preparar la información financiera para que el usuario la lea no en el formato que tiene la balanza de comprobación emanada de los programas de cómputo, sino en los formatos elaborados conforme a la norma contable aplicable. Para ese propósito, dicha información requiere, entre otras cualidades, que se redacte empleando correctamente el idioma español, que comprende amplio vocabulario, buena sintaxis (manera de ordenar las palabras y formar frases y oraciones) y apropiada ortografía (uso correcto de la puntuación, los acentos, las mayúsculas); en general, escribir bien. Y, una vez elaborado el documento, sigue la etapa de imprimirlo en papel de calidad, que los textos sean legibles (tamaño de la letra, márgenes a izquierda y derecha, separación adecuada entre cada párrafo), que se encuadernen o engargolen de forma correcta, lo cual se compendia en una preparación cuidadosa del informe que le haga saber al lector que todo se ha hecho con el debido cuidado y diligencia pensando en que tenga un buen producto, como señal del respeto que nos merece como usuario de un servicio profesional.

Cuando hablamos de corrupción, solemos asociar ese vocablo con actos equivalentes a disponer de dinero o bienes que son de terceros, ya sea en el sector privado o las entidades públicas; no obstante, a mi juicio, es apropiado conceptualizar como un acto de corrupción, no preparar o elaborar con el debido rigor técnico y de calidad los materiales que son necesarios para una pieza, que es un componente, dentro de muchos, que dan forma a un vehículo. De igual manera, puede ser un acto de corrupción no poner todo el cuidado y diligencia profesional al preparar, con base en el necesario conocimiento de las normas contables, información financiera y, por ende, existan errores que muestren conceptos que no corresponden con el acto jurídico realizado por la entidad, ni con lo que la normatividad contable precisa, ya sea porque no la estudiamos por pereza, o por suponer que no la necesitamos, o que nos basta con lo que ya sabemos; en fin, todo asociado con actitudes negligentes, o, para decirlo de manera eufemística, trabajar por costumbre.

Técnica y estética

Construir automóviles tecnológicamente bien hechos y seguros (máxime que el futuro ya está presente con los coches sin conductor), y aunado a la elegancia aerodinámica que éstos tengan, incita el deseo por adquirirlos.

Elaborar información financiera fundamentada en las normas técnicas aplicables, escrita en un lenguaje sencillo y bien estructurado, y estéticamente presentada, se vuelve amigable e invita a leerla y analizarla.

Deontología¹

No basta con tener por escrito las normas a seguir para que los automóviles que se arman en el país (y en otras partes del mundo), incluyan los dispositivos y aditamentos indispensables para que los ocupantes de éstos tengan los beneficios de las medidas de seguridad que protejan su integridad personal, y hasta su vida; lo importante es ponerlas en práctica teniendo el debido cuidado, esmero y diligencia en el ensamble y se compruebe, mediante pruebas de laboratorio, la calidad de los materiales de los que está elaborada cada parte de la unidad.

Todo ello se puede lograr si las personas que intervienen en los procesos de elaboración de partes y el armado de automóviles tienen en mente tres elementos de actitud personal relacionados con la deontología, los cuales, en mi opinión, considero no solo aplican para la producción de ese tipo de bienes, sino para cualquier actividad u oficio a que se dedique una persona:

  • Aprendo. Se refiere a obtener los conocimientos teóricos y académicos de la actividad a realizar.
  • Comprendo. Se refiere a entender la importancia de lo que se hace, teniendo presente las consecuencias que se derivan de no hacerlo bien.
  • Emprendo. Poner en práctica lo que de manera habitual se ejecuta y saber conjugar la teoría con la práctica diaria.

Armar un vehículo tiene similitudes con armar información financiera. Hagámoslo correctamente.

López Cruz

1 Deontología. “Lo que es necesario”, “deber”. 1. Parte de la ética que trata de los deberes, especialmente los que rigen una actividad profesional. 2. Conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión (Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ᵃ edición, 2014).

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