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ISSN 2594-1976
Artículos

Entrevista con Pablo Mendoza García

Administrador - 16 abril, 2018

Entrevista con Pablo Mendoza García. Socio Director General de Crowe Horwath-Gossler, S.C. Presidente de la Comisión Fiscal del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Vicepresidente del Consejo Directivo del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF) Expresidente del IMCP

Estimado Pablo, siempre es un privilegio compartir el espacio con un profesional de la Contaduría Pública de tan destacada trayectoria, reflexionar SOBRE diversos temas y conocer su punto de vista; en esta ocasión, acerca de la calidad enfocada en la práctica profesional, que tiene un interés mayor para la profesión contable organizada de México.

Antes de abordar este tema, deseo manifestar mi gratitud por la distinción de participar en esta entrevista, pues siempre resulta estimulante acercarme a los colegas y amigos con quienes conformamos nuestro querido Instituto Mexicano de Contadores Públicos y sus Colegios Federados.

Verdaderamente es un honor compartir con ustedes y con los lectores de la revista Contaduría Pública, puntos de vista y algunas reflexiones respecto de la calidad en la práctica profesional, tema que considero toral y de gran importancia para todos los que desempeñamos trabajos relacionados con nuestra profesión, en beneficio de la sociedad.

No cabe duda, cuando nos referimos a la calidad, es un concepto que se define por sí mismo y también define su esencia en los diferentes temas a los que se refiera. ¿Qué debemos entender por calidad en el contexto de nuestra práctica profesional?

Me parece que podemos definir calidad como la suma de cualidades que fueron elaboradas, estructuradas, vigiladas o desarrolladas de tal forma que producen bienestar y satisfacción por haber cumplido con los requisitos mínimos o suficientes para lograr la aceptación de algo en específico.

Hablar de calidad me parece que es sinónimo de confianza, credibilidad, suficiencia, respeto y, más aún, valor agregado para exceder o, al menos cumplir, con las expectativas de algún bien o servicio.

¿Cuál es su opinión con respecto a la responsabilidad de las firmas de Contadores Públicos sobre la calidad?

El concepto de calidad aplicable a nuestra profesión no es un tema reciente, pues siempre han existido protocolos, políticas, procedimientos y reglas que buscan el cuidado en el desempeño de la actuación profesional de los Contadores Públicos dedicados, por supuesto, a las diferentes áreas de desarrollo profesional de la Contaduría Pública.

La calidad aplicable a nuestra profesión es responsabilidad de todas las firmas de Contadores, independientemente de su estructura. La calidad debe ser un aspecto cultural de las firmas de Contadores Públicos, es decir, los servicios prestados deben estar afectos a procesos, políticas y procedimientos que permitan asegurarnos de que, desde el primer contacto con el prospecto de cliente, el proceso de investigación y contratación, aceptación del compromiso, asignación del socio y, en su caso, un segundo socio y equipo de trabajo asignado, así como el desempeño del trabajo, fueron observados y atendidos los requisitos establecidos por la firma, previo a la emisión de los informes inherentes a dicho proyecto, de tal forma que a la conclusión del compromiso la firma esté convencida de haber realizado las tareas planeadas y que los riesgos fueron cubiertos, y que la emisión de los informes haya sido supervisada para garantizar su calidad.

Todas las actividades que desarrollamos en nuestra profesión deben cumplir con requisitos mínimos que permitan asegurarnos de que los usuarios de nuestros servicios reciben, de manera permanente, la satisfacción a sus necesidades, siempre en el marco de la legalidad y normatividad aplicable. Nuestra profesión está organizada de tal forma que podemos distinguir las áreas de actuación y los niveles de participación de cada uno de los especialistas involucrados en diversos proyectos, así como asegurarnos de que los compromisos contratados están siendo atendidos y cumplen con lo acordado.

Estoy convencido de los grandes beneficios que ofrece la existencia de un sistema de control de calidad en la prestación de servicios profesionales, que permita asegurarnos de que los informes están debidamente elaborados, entregados de manera oportuna y que cumplen con lo dispuesto por la normatividad vigente. La calidad, sin duda alguna, es reconocida y valorada por los clientes, autoridades y todos los usuarios de esta información.

¿Cuál ha sido su experiencia y opinión respecto al cumplimiento de la Norma de Control de Calidad (NCC) y de la Norma de revisión de Control de Calidad (NRCC) en su carácter de líder en su Firma profesional?

Como lo he mencionado, el tema de control de calidad no es nuevo para nuestra profesión a escala mundial y para nuestro país; sin embargo, a partir de la globalización económica, los avances tecnológicos y los impactos ocurridos relacionados con los escándalos financieros en EE.UU., debido a la cercanía y relación directa con nuestro país, y en todo el mundo, provocaron que la confianza, credibilidad y la actuación de los Contadores Públicos fuera cuestionada por la comunidad de negocios, la sociedad en general, las diferentes autoridades reguladoras.

Estoy convencido de que los efectos negativos provocaron gran preocupación para todos y una mayor atención a los procesos que utilizábamos, de tal forma que hemos modificado nuestra actitud respecto a la exposición al riesgo y a la posibilidad de cometer algún error involuntario que provoque un daño patrimonial a los clientes y/o a una firma; sin embargo, considero que esa situación generó en los profesionistas un mayor compromiso y atención a este tema, en general.

Desde enero de 2010, tengo la distinción de ser el Socio Director General de la Firma Gossler, miembro de Crowe Horwath International, fecha en la que entró en vigor la NCC con carácter obligatorio para nuestro país, lo cual, sin lugar a dudas, representó uno de los primeros proyectos que incorporé en mi plan de actividades con atención inmediata, para asegurarme del nivel de cumplimiento de nuestra organización.

Me di cuenta de que esa tarea no era sencilla de realizar, considerando la forma en la que, en ese momento, estábamos estructurados, por lo cual, junto con los integrantes de nuestro Consejo de Administración, decidimos robustecer la Comisión de Calidad de la Firma mediante la incorporación de un grupo de socios y gerentes con amplia experiencia, con presencia en todas nuestras oficinas, que tomaran bajo su responsabilidad la revisión integral del sistema de control de calidad de la Firma, “monitoreo” en sus oficinas, para generar una evaluación del grado de cumplimiento y de implementación de nuestro sistema de calidad a escala nacional.

Por supuesto, en el proceso identificamos áreas de oportunidad, en donde resultaron algunas diferencias entre nuestras oficinas y, por qué no decirlo, entre nuestros socios, aun siendo integrantes de la misma oficina y, en algunos casos, hasta en los trabajos realizados por el socio, particularmente en aquellos compromisos atendidos por dos diferentes equipos de trabajo.

Me parece que esa situación fue hasta cierto punto algo normal, ya que nos dimos cuenta de que, si bien teníamos establecida toda la normatividad aplicable para cada tipo de compromisos, y teníamos implementado de manera formal el proceso de calidad, a través de los socios integrantes de nuestra Comisión de Auditoría, era evidente que teníamos que fortalecer nuestra capacidad para realizar las revisiones a todas las oficinas y a todos los socios.

Al día de hoy, hemos logrado un gran avance en esta implementación y los resultados de nuestras revisiones internas nos han dado la posibilidad de mejorar la calidad, de tal forma que en las recientes revisiones de la firma internacional, los resultados han sido satisfactorios. Insisto, esta es una labor constante y permanente que se debe mantener viva en todas las firmas y, en todo caso, seguir revisándola para su mejora continua.

Como director de la Firma, mi participación en las decisiones e involucramiento en los nuevos procesos ha sido muy estrecha. Tengo comunicación permanente con los presidentes de calidad y de auditoría de nuestra organización, y juntos hemos conformado un mecanismo de monitoreo que venimos realizando con regularidad para cumplir con nuestro plan de desarrollo e implementación.

Para ello, fue necesario realizar la identificación de todos los aspectos de cumplimiento, para asegurarnos de que nuestra normatividad los incluyera y, en algunos casos, debo decirlo, tuvimos que adaptar algunas de nuestras políticas para cumplir con la NCC y con la NRCC.

Además, decidimos implementar una estructura formal en la que pudiéramos tener un socio líder responsable de calidad a nivel nacional y su equipo de trabajo, el respaldo de al menos un socio y un gerente con cierto perfil profesional de cada una de nuestras oficinas. Este cambio nos permitió realizar el análisis de nuestra estructura y revisar la actuación profesional de todos nuestros socios de una manera sistematizada en un menor tiempo; obviamente los beneficios fueron importantes, ya que hemos logrado un mejor proceso de cierre de nuestros compromisos y la homologación de nuestra práctica a nivel nacional.

Hicimos asambleas de socios, en donde el tema toral de las reuniones fue el desarrollo y la implementación del nuevo manual de control de calidad, el cual se concretó en el ejercicio 2011. Este manual ha permitido dar mayor claridad a este tema y hoy es la base para la determinación de los requisitos mínimos a observar en todas nuestras líneas de servicio.

Si bien es cierto que los compromisos de auditoría y los de atestiguamiento son los compromisos a los que de manera natural se dirige la NCC, no debemos olvidar que nuestra responsabilidad con la sociedad y los informes que emitimos todas las firmas, afectan y/o respaldan las decisiones de negocios de diversos usuarios.

Implementamos, además, un seminario nacional anual de control de calidad, que nos ha permitido dar continuidad y mejorar nuestros procesos, ya que los socios y gerentes responsables de esta función en cada una de nuestras oficinas, participan de manera obligatoria en este seminario y mediante ellos nos aseguramos de que los temas de calidad sean analizados. Los acuerdos se replican en todas las oficinas; la evidencia de cumplimiento la compartimos vía electrónica en las herramientas de la Firma, con lo cual nos aseguramos de que los procesos sean cumplidos en tiempo y forma por parte de todas nuestras oficinas. Para ello, hacemos una revisión integral de los expedientes electrónicos de cada oficina, en enero de cada año. Para lograr mejoras en los procesos, primero debemos asegurarnos de convencer a los socios de la firma; si se analizan juntos los beneficios y los resultados obtenidos en un plan de control de calidad, como consecuencia de los cambios realizados, las cosas suceden más fácil.

Hoy podemos decir que el manual de control de calidad y normatividad vigente de nuestra Firma nos ha permitido contar con una estructura más clara de los lineamientos normativos y la forma en la que deben ser observadas nuestras políticas, de tal forma que podamos cumplir de manera sistemática la normatividad aplicable en todos los compromisos, y reducir con ello los riesgos para los socios y para la Firma y; por último, pero no menos importante, disminuir los costos y gastos incurridos en reprocesos o en revisiones que no fueron bien dirigidas a lo importante de cada compromiso.

¿Qué opina de la normatividad vigente relacionada con la NCC y la NRCC en nuestro país?

Todos los que hemos tenido la oportunidad de colaborar en alguna firma de Contadores Públicos, sabemos del gran compromiso que representa la atención simultánea a diferentes clientes y la importancia que tiene el desempeño de nuestras actividades profesionales, de conformidad con las normas personales y profesionales establecidas para ese fin, sin duda, siempre observando nuestro código de ética profesional y con el reto permanente que implica la atención de cada compromiso, cumpliendo con los estándares mínimos de calidad establecidos por cada firma, que nos permiten asegurarnos de que el
cierre de cada uno de los proyectos cumple con las necesidades de los clientes y la satisfacción de los compromisos aceptados.

Desde mi inicio profesional, siempre he tenido presente la existencia de protocolos, políticas y/o procedimientos que permitan asegurarnos de que los servicios que ofrecemos cumplen con los aspectos más significativos de todos los diferentes tipos de servicios que siempre han pretendido satisfacer y, más aún, exceder las expectativas de nuestros clientes.

Me parece que ha sido asertiva la forma en la que el IMCP se ha comprometido con la sociedad y ha procurado mejorar la actuación y calidad de los asociados de los Colegios que conforman el Instituto.

Mi opinión respecto a la implementación de la NCC y de la NRCC ha sido favorable; de hecho, fuimos objeto de la revisión por parte del IMCP, con motivo de su plan de revisiones, lo cual resultó una buena experiencia. Su aplicación ha producido mejoras en nuestros procesos y una mayor conciencia de lo importante que es atender todos los detalles desde el inicio de un compromiso, independientemente del tamaño del cliente y del nivel de riesgos del mismo, ya que se genera una metodología aplicable a los diferentes tipos de compromisos.

Es probable que, de no haber implementado el IMCP las revisiones de control de calidad, alguna autoridad de nuestro país o del extranjero, ya lo hubiera propuesto o realizado, quizá con algún otro mecanismo, pero que en el fondo buscara el mismo objetivo: asegurarse de que las firmas tengan procesos de calidad para la prestación de sus servicios.

En el entorno global, todos requerimos tener credibilidad, confianza y respaldo para la toma de decisiones. Si nuestra profesión está calificada para dar servicios de calidad, el entorno de los negocios y las inversiones para el país se incrementarán en el corto plazo.

Me atrevería a asegurar que, en el momento de la aprobación de ambas normas, nuestra profesión no tenía muy claro este tema y no había dimensionado los beneficios obtenidos al implementarlo.

En México, la mayor parte de las firmas de Contadores Públicos estuvo basada en la existencia de estructuras familiares que han trascendido por generaciones, en las cuales, inicialmente, existía un socio “dueño” de la firma, que había sido muy exitoso en su gestión, con el predominio de la figura del “hombre orquesta” al cien por ciento; sin embargo, en la mayoría de los casos, no se contaba con políticas, procedimientos o mecanismos que permitieran a ese socio evaluar el nivel de calidad de sus servicios y, lo más importante, institucionalizar la operación de su firma.

La NCC y la NRCC, fomentan la mejora de la estructura formal de las firmas, mediante la implementación de un manual de control de calidad sustentado en los parámetros que los socios determinen para el funcionamiento de las firmas, de acuerdo con sus necesidades y con el tipo de clientes a los que se atienden; de esta forma, las revisiones serán suficientes para asegurarse de que no se está incurriendo en algún riesgo innecesario y que la calidad de los servicios es adecuada, ya que su nivel de participación en actividades como la venta de servicios, la atención y el trato directo con el cliente; la decisión respecto de temas técnicos y de decisión importante para los negocios del cliente, su participación en la elaboración de los papeles de trabajo, supervisión de los trabajos y su conclusión, la revisión y emisión de los informes, además de la administración, limita su participación y atención en los compromisos de su firma. En consecuencia, es muy importante que, independientemente del tamaño de la organización, se cuente con una estructura formal de control de calidad.

El trabajo constante y la autocrítica permanente, permiten evitar que se incurra en sorpresas desagradables por el debilitamiento de alguno de los procesos. La cultura de la calidad debe ser eso, precisamente, una fórmula permanente de conducirnos, los esfuerzos debidamente enfocados y estructurados que no incluyan de manera aislada a ciertas personas, sino que las posiciones sean las que generen resultados exitosos.

Si bien en un principio los esfuerzos fueron encaminados a los trabajos de auditoría y atestiguamiento, hoy en día estoy convencido de la importancia que reviste su implementación para el cien por ciento de los servicios que ofrecemos como profesión. La calidad no es exclusiva de los servicios de auditoría y/o atestiguamiento, es aplicable a todos los servicios profesionales, quizá de formas distintas, pero en esencia los pilares son los mismos.

Estoy seguro de que la NCC y la NRCC nos han beneficiado al enfocar de una mejor forma los servicios que ofrecemos. En el caso de nuestra Firma, el resultado de las revisiones que nos han realizado ha sido mejorar, en alto grado, nuestro funcionamiento.

Considero que la experiencia ha sido favorable y que las acciones implementadas para mejorar nuestros procesos han valido la pena. Es claro que se requiere documentar los criterios aplicables a nuestra estructura y lo más importante, respetar dichos criterios normativos de nuestra actuación profesional.

El cambio está en invertir nuestros recursos de la mejor forma para mejorar nuestra productividad y eficiencia en la atención de los compromisos.

POR Héctor Eduardo Negrón Hernández
FOTOGRAFÍAS Sheri Paola Ochoa

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