Revista Contaduría Pública : IMCP | Una publicación del IMCP

  • Inicio
  • Revista Contaduría Pública
  • Artículos
  • Entrevistas
  • Multimedia
  • Universitarios
  • Investigación Contable
  • IMCE
ISSN 2594-1976
Artículos

Valores En la Enseñanza de las Disciplinas Financiero-Administrativas-+***+-

admin - 2 mayo, 2010

Los valores forman parte de las personas, son características morales cuya intensidad con que están presentes en el ser son muy diferentes de una persona a otra; por ello, hablar de valores puede resultar un tanto complicado, difícil y, en ocasiones, confuso para quienes no estamos adentrados en ese tema. Los valores, se puede decir, que son el conjunto de normas que la sociedad ha establecido para favorecer las relaciones entre las personas que viven y se desarrollan en ella.

Valor es todo aquello que favorece la plena realización del hombre, entiéndase un ser humano; el respeto, la piedad, la humildad, la lealtad, etc., son valores que hacen que un hombre alcance la constitución de su ser y lo estimule a encontrar su belleza interna a partir de juicios valorativos de sí mismo y de las relaciones con los otros dentro de un entorno social.

Los valores deben estar presentes en la sociedad porque son una parte esencial en los procesos de comunicación entre sus miembros, tienen un consenso general entre éstos porque es con los valores, como se va componiendo la cultura de una sociedad. En ésta, también debe incluirse a otro tipo de personas, las agnósticas, por ejemplo, quienes no comparten los mismos valores que la mayoría, o pugnan por un cambio o sustitución de ellos. Esto favorece el desarrollo de las sociedades, porque es este tipo de individuos los que están en un constante cuestionamiento de las cosas y de lo que sucede en su entorno, lo cual propicia la búsqueda de nuevo conocimiento. Aunque existen un sin fin de valores dentro de la sociedad, algunos dogmas, creencias o tradiciones, determinan ciertas diferencias en las culturas, por lo tanto, esos valores tendrán significados diferentes y aceptables, dependiendo del contexto y del grupo social en el que se circunscriban.

Actualmente, en la sociedad interesan más las cuestiones prácticas o materiales que las cuestiones del hombre; hoy, la preocupación de la sociedad no está centrada en cómo son las cosas y cómo fueron creadas, sino por el valor económico que tienen y por lo que satisfacen materialmente. Tal vez por esta causa, las empresas han crecido vertiginosamente e invaden el mundo con sus productos, generan necesidades o, incluso, ofrecen servicios que se han convertido en indispensables para la supervivencia; en nuestros días, las personas no son capaces de subsistir con lo esencial, deseamos más cosas desde un plano material que desde uno moral. Debido a este fenómeno económico social, el desarrollo de las disciplinas o las llamadas ciencias administrativas, han tenido una evolución apresurada a partir de finales del siglo XIX.

Los valores son el conjunto de normas que la sociedad ha establecido para favorecer las relaciones entre las personas que viven y se desarrollan en ella»

La administración, como la política o la poesía, han estado presentes en el desarrollo histórico de la humanidad. La administración está presente desde la sociedad primitiva en la cual, había que dividirse las tareas que permitían satisfacer las necesidades de los pequeños grupos; la caza del mamut, por ejemplo, representaba una empresa que proveía los satisfactores básicos de la comunidad, en donde los miembros de ésta, tenían tareas y responsabilidades muy específicas, con lo cual se buscaba el bienestar del colectivo. Siglos más tarde, la historia da cuenta del tipo de tendencias administrativas del Imperio chino, 500 años a.C. Sería Confucio, quien sentara las bases de la administración china. Después de los chinos vinieron los egipcios, con un sistema administrativo organizado con base en la agricultura, el pastoreo y el comercio.

Los romanos, por su parte, desarrollaron un excelente sistema productivo tanto en la agricultura, la minería y el comercio, además de la guerra, lo cual los llevó a la prosperidad durante varios siglos. El espíritu de orden administrativo que tuvo el Imperio romano, hizo que se lograra, a la par de las guerras y conquistas, una importante evolución de la organización de las instituciones sociales de manera satisfactoria. Estas primeras experiencias de sistemas administrativos, constituyen lo que podríamos llamar Prehistoria del pensamiento administrativo.

Mtra. Ruth Torres Carrasco
Secretaria de Planeación
Facultad de Contaduría y Administración
Universidad Nacional Autónoma de México
Academia de Recursos Humanos
rtorres@correo.fca.unam.mx

En la Edad Media europea se desarrolló un sistema político único: el feudalismo. El señor feudal vivía en su castillo, administraba la justicia, dirigía la policía, recaudaba los impuestos y acuñaba la moneda. Esta es, en cierta manera, la aparición de la descentralización administrativa, ya que existían las monarquías que gobernaban los territorios, pero eran los señores feudales, los que constituían pequeños “estados”, por medio de los cuales mantenían a la monarquía en el poder con el pago monetario; hablamos entonces, de una distribución de las actividades y tareas esenciales de la sociedad; con ello, se crea la división del trabajo, que es la característica básica de toda corriente de pensamiento administrativo.

También, en esa época, floreció y se consolidó la Iglesia Católica; el estudio de su organización ha de interesar a quien se dedica a las disciplinas administrativas, porque permite conocer la importancia que tiene en la administración la contaduría o la economía el adoctrinamiento para la consecución de los objetivos organizacionales.

Aunque todos estos fenómenos históricos marcan un importante desarrollo de la administración, es hasta la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, que la preocupación por estudiar lo que sucede en las empresas se hace de manera sistemática, la aparición del proceso de producción en serie, por medio de las maquinas lo que busca, es producir más a menor costo, tratando de encontrar el mejor proceso posible. Durante años, esta cuestión ha implicado un análisis profundo de las formas de fabricar y de ofrecer a la sociedad todos aquellos satisfactores que le permitan una vida mejor y más cómoda; por lo que vemos resaltado, en ello, uno de los valores esenciales del hombre, el bienestar.

La administración no ofrece satisfactores directos a la sociedad; sin embargo, se ha ocupado de estudiar a las organizaciones encargadas de producirlos»

Aunque la administración como tal no ofrece satisfactores a la sociedad, de manera directa, es esta disciplina social la que se ha ocupado de estudiar a las organizaciones encargadas de producirlos, lo cual le da un lugar importante en el desarrollo histórico de la sociedad; es una disciplina, cuyo objeto de estudio son las instituciones en las cuales los individuos se desarrollan como seres humanos y de las que obtienen también los satisfactores para la vida; sin embargo, las diferentes corrientes administrativas que han evolucionado junto con la sociedad, han impuesto formas de producción en la que el valor de bienestar se ha quedado atrás. Hasta nuestros días, la producción de bienes y servicios ya no es para solventar las necesidades básicas del hombre, sino para privilegiar el desarrollo de estructuras que marcan diferencias sociales profundas. Se producen bienes y servicios para quienes tienen los recursos económicos suficientes para pagarlos, mientras que otros, no tienen acceso a los mismos aún siendo vitales para la subsistencia.

Como puede verse, la administración ha utilizado el valor del bienestar para ofrecer prosperidad y dicha a la sociedad, pero en nuestros tiempos el haber encontrado

mejores formas de producir bienes materiales, ha contravenido a otro valor del ser humano que vive en sociedad: el valor de la justicia. A partir del desarrollo de mejores modelos administrativos de producción, la brecha que existe entre unos y otros miembros de la sociedad es cada vez más grande; es suficiente voltear la mirada al mundo, las sociedades más ricas y poderosas con modelos de administración exitosos, se han enriquecido en muchos casos, utilizando mano de obra barata de aquellos países donde los modelos administrativos y económicos de Estado han fracasado, propiciándose así la injusticia social. Si bien este quebranto tiene infinidad de causas, tal vez una de las más importantes sea la educación; la gran mayoría de las sociedades pobres tienen niveles educativos muy bajos, por lo que, la equidad también ha sido socavada como parte de un valor importante de la sociedad.

De acuerdo con el desarrollo histórico de la sociedad, podríamos decir que existen tantos valores como necesidades humanas; por ello, una disciplina como la administración ha podido desarrollarse tan rápido, porque lo que busca es la dirección eficaz de los recursos con que cuentan las organizaciones para la satisfacer las necesidades del interés público, entendiendo este último como las expectativas de la colectividad. Es precisamente este punto, el de las necesidades, la fuente de los valores: unas racionales y otras sensitivas (Maques: 38, 2002.)

A los valores que surgen de las necesidades humanas racionales se les llama valores racionales. A los valores que surgen de las necesidades humanas sensitivas, se les llama valores vitales. Sólo los primeros pueden aspirar a la universalidad. Los demás son producto de los contextos y de las condiciones externas; por lo tanto, son relativos.

Por lo expuesto hasta ahora, vemos que las disciplinas administrativas han desempeñado un papel muy importante en el desarrollo histórico, económico y social; sin embargo, al hablar de estas disciplinas se hace necesario traer a colación el aspecto de su enseñanza, la cual es tan complicada como la evolución misma de la sociedad.

Particularmente, la Administración es compleja tanto en su estudio como en su enseñanza; la carencia de un sustento científico sólido hace que el punto inicial para su estudio se realice sólo a partir del fenómeno administrativo; es decir, de hechos concretos que suceden en un tiempo y en un momento determinado en las organizaciones, sin que ello implique una generalidad para todas. Lo que sucede en una organización no sucede en otra, por lo tanto, no hay leyes, principios o preceptos universales que uniformen el quehacer administrativo a diferencia de las ciencias naturales o también llamadas puras o exactas, donde las afirmaciones pueden validarse o refutarse mediante el método científico o por medio de un experimento de laboratorio. Por todo esto, la enseñanza de esta disciplina social se convierte en un asunto confuso, impreciso y hasta cierto punto indefinido. El asunto se complica aún más, cuando los que enseñan esta disciplina y aquéllas que la complementan, (contaduría, economía, derecho o informática), no han sido formados para tal fin, las disciplinas administrativas son cambiantes como la sociedad misma, las formas de producir satisfactores han cambiado radicalmente en las últimas décadas, por lo tanto, la forma de administrar también ha cambiado y la formación de los administradores que ejercen en el campo laboral también es muy diferente.

En la gran mayoría de los planes de estudio de las disciplinas administrativas, no se encuentra una asignatura que permita la formación de profesores para la enseñanza de estos temas, salvo las grandes escuelas de negocios como Harvard, Warthon o The London Business School, que sí abren asignaturas o espacios para la formación de enseñantes; en casi en todos los currícula sólo se forma a administradores de empresas, quienes serán contratados para maximizar los recursos de las entidades en las que se desarrollarán como profesionales. Sin embargo, quienes estarán en las aulas formando nuevos administradores o directivos, tendrán que irse preparando para tal fin, por medio de los programas que para esa actividad crean las instituciones educativas superiores, subsanando así la falta de formación inicial, dándose procesos de capacitación remediales y no formadores.

En los últimos años, la práctica administrativa se ha enfocado en un asunto que pretende mirar hacia el bien común; esto es, la gestión de organizaciones social y éticamente responsables, un movimiento generado, también, por las influyentes escuelas de negocios; sin embargo, no se ha logrado una generalidad. Sólo aquellas sociedades que han hecho conciencia de que se requiere re-valorar todo aquello que es benéfico para el colectivo, han tomado una postura a favor de formar administradores o directivos en esta tendencia; por lo tanto, están formando profesores que educan a los alumnos en este estilo administrativo. Sin embargo, la problemática se complica cuando en la generalidad de las universidades y escuelas de negocios no se ha dado un salto para formar administradores con esa idea, ya que todavía se sigue formando administradores para generar ganancias económicas sin importar el costo social de ello.

Una Empresa Socialmente Responsable (ERS), es la que tiene el compromiso consciente y congruente de cumplir íntegramente con la finalidad de la empresa, tanto en lo interno como en lo externo, considerando las expectativas de todos sus participantes en lo económico, social, humano y ambiental, demostrando y exaltando el respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades, el medio ambiente y para la construcción del bien común.

Como puede observarse, este estilo de administrar vuelve al asunto de los valores y el bien público que tanto se buscó en los procesos de desarrollo social y de las culturas a lo largo de la historia de la humanidad. Entonces, la pregunta es: ¿Los docentes están preparados para transmitir conocimientos técnicos que tengan como base los valores, si en la gran mayoría de los currícula actuales ni si siquiera se contempla la formación básica de docentes en la disciplina administrativa? La respuesta es muy difícil encontrarla, en primer lugar porque ya hemos visto que las disciplinas administrativas son poco estructuradas científicamente, y, en segundo lugar, porque la gran mayoría de las empresas lo que buscan es la maximización de sus recursos (humanos, financieros y técnicos) al menor costo.

Los dueños del capital buscan sólo aumentar sus ganancias monetarias, pero poco se preocupan por el bienestar colectivo; por lo anterior, los profesores deben enseñar técnicas que permitan alcanzar este objetivo para que sus estudiantes tengan un lugar en el competido mundo laboral, de lo contrario están fuera de contexto y de la posibilidad de encontrar un empleo que les permita satisfacer sus propias necesidades.

El profesor, para ser eficaz en su tarea de enseñar, habrá de estar en contacto permanente con la realidad de las demandas de la sociedad económicamente productiva en la que se desenvuelve; de ahí la importancia de poseer práctica profesional como parte de sus competencias para instruir. A partir de ello, podrá interpretar los contenidos curriculares, reflexionando sobre la información que deberá proporcionar y transmitir a los alumnos, así formará a éstos no sólo en conocimientos técnicos, sino en actitudes. Para lograr este objetivo, la comunicación es vital para el proceso de enseñanza-aprendizaje, habilidad que es necesario desarrollar en los docentes, mediante programas de actualización permanente en las universidades o escuelas de negocios.

El profesor, al ser el mediador entre los alumnos en proceso formativo y la sociedad, ha de procurar, por medio de los procesos de comunicación que considere prudentes, que el educando desarrolle su capacitad critica del medio que lo rodea, que analice su realidad más próxima para ayudarle a evidenciar las contradicciones o disfunciones, provocando en él la necesidad de actuar para propiciar el cambio de las circunstancias que lo rodean, logrando equilibrar los intereses personales, organizacionales y sociales.

Como puede observarse, la tarea que el docente de las disciplinas administrativas tiene en sus manos es más que complicada; la tarea se convierte en confusa y contradictoria, porque el docente debe responder a las necesidades de la escuela en cuanto a la enseñanza de contenidos; debe responder a las necesidades del entorno social que demanda profesionales que posean conocimientos técnicos para hacer que las empresas produzcan más con menos, y, además, debe responder a las necesidades de los alumnos que no solamente deben ser reproductores de un conocimiento, sino que son individuos que tienen necesidades de desarrollo personal, en donde la educación es un medio, no un fin para alcanzar la autorrealización y se convierta en persona, no en un engranaje más del sistema productor de bienes materiales.

Conclusión

La tarea del enseñante de las disciplinas administrativas tiene un reto muy grande, porque compatibilizar todas estas necesidades, desde una perspectiva de valores, implica una formación integral y total de la persona que ejerce esta profesión; sin una formación sólida, se puede caer en un discurso vacío si no se clarifica cuáles son las capacidades o habilidades que se deben poseer para hacerla lo menos equívoca posible, el no reflexionar sobre estos temas podría llevar a ejercer una docencia únicamente reproductora del sistema económico, despersonalizada y deshumanizada, como sucede en la administración de la gran mayoría de las empresas.

La forma de administrar ha cambiado y la formación de los administradores que ejercen en el campo laboral también es muy diferente»

Los valores son los objetivos que se proponen en la educación, que surgen de la idea que se tenga del hombre y que le ayuden a ser mejor persona; son las ideologías razonadas de que algo es bueno o malo para llegar a ser más humano; lamentablemente, en la evolución de la sociedad se han presentado también los contravalores, que dificultan al hombre llegar a ser más persona restándole humanidad.

Las organizaciones, particularmente las lucrativas, han contribuido al crecimiento de esos contravalores, ya que han hecho creer al hombre que entre más bienes materiales posea, más valor de persona tiene. Esas necesidades materiales se crean y se generan, por citar sólo un ejemplo, en una de las áreas de la administración, la mercadotecnia, cuyo objetivo es la generación de intereses en un mercado de consumo; con ello, no se pretende decir que esta área de la administración sea negativa; por el contrario, esta es la razón por la cual se hace indispensable que el profesor reflexione sobre qué es y cómo enseña a sus alumnos las cuestiones técnicas; estas enseñanzas deben estar acompañadas de valores que instruyan al alumno para comportarse como hombre de bien, a establecer una jerarquía entre las cosas positivas y las negativas; llegar a la convicción de que algo tiene importancia o no según el valor que se le dé, en este caso, la formación que el profesor brinde a sus alumnos debe ayudarlos a moverse libremente por el universo de los valores para que aprendan a conocer, querer e inclinarse por todo aquello que sea noble, justo y valioso.

El profesor, para alcanzar todos estos objetivos de la educación, debe propiciar en sí mismo un proceso de formación constante, debe aprender y comprender los procesos de comunicación y debe tener presente que educar en valores es actuar con congruencia y con coherencia; debe enseñar con ejemplos positivos: “haz lo que hago y no lo que digo”; un docente debe instruir a sus alumnos de manera más constructiva, les debe ayudar a formar su personalidad humana, para lo cual, debe analizar los fundamentos de la educación ética y las mejores circunstancias para formar ciudadanos decentes y capaces de preferir ante todo el bien común.

 0
Share Now
Previous Post Knowledge Hub Y los Recursos Educativos Abiertos en Contaduría
Next Post Los valores como estrategia para la solución de las crisis empresariales

Síguenos

Entredas Recientes

  • El proceso de seguimiento y corrección

    Artículos
  • Relevancia del proceso de aceptación y continuidad

    Artículos
  • Desafíos relacionados con los nuevos componentes y sus objetivos de calidad en la NIGC 1

    Artículos
  • El impacto de la Norma Internacional de Gestión de la Calidad en las Firmas de Contadores medianas y pequeñas

    Artículos
  • Manuel Arias.

    Artículos

Contaduría Pública es una publicación mensual editada por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (IMCP), Bosques de Tabachines 44 Fracc. Bosques de las Lomas 11700. Ciudad de México +5255 5267 6400 / ISSN 2594-1976 www.imcp.org.mx

Contáctanos

Síguenos

Categorias

Actualización Contable Aportaciones de los Asociados Artículos Docencia Editorial Entrevista Entrevistas Fiscal IMCE Revista Digital Revista especial de agosto 2020 Revista Impresa Universitarios

SUSCRÍBETE AHORA

Desea recibir los boletines informativos del imcp

SUSCRÍBASE AQUÍ
  • Acerca de
  • Comisión de Revista
  • Contáctanos
  • Aviso de privacidad
  • Media Kit 2018

CONTADURÍA PÚPLICA 2018 D.R. IMCP