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ISSN 2594-1976
Artículos

Construye una familia. Financieramente Inteligente

admin - 5 septiembre, 2011

Mtra. Karla Bayly
Consultora y Coach Financiera
karla@karlabayly.com

¿De qué sirven las mejores cualidades de un atleta, cuando se le exige ser un jugador en solitario sin la contribución de su equipo? Intentar planear, ahorrar e invertir de forma consciente cuando el resto de la familia no comparte esa intención llevará el esfuerzo a extremos de frustración y, probablemente, toda la misión al fracaso. Por ello, es de suma importancia sí, comenzar por uno mismo, pero también involucrar a la pareja o familia para lograr convertirse en una familia financieramente inteligente

Comunicación
Algunos temas que pueden incluirse en la planeación financiera de la familia son:

  • ¿Cuál es nuestra situación actual?
  • ¿Qué forma nuestro patrimonio?
  • ¿Qué deudas tenemos?
  • ¿Cuáles son nuestros compromisos recurrentes?
  • ¿Patrimonio, deudas, compromisos?
  • ¿Cómo distribuimos el ingreso?
  • ¿Quién aporta qué?
  • ¿En qué etapa como familia nos encontramos?
  • ¿Qué queremos lograr?
  • ¿Qué puede suceder?
  • ¿Estamos preparados para hacer frente a un imprevisto?

Como mujeres profesionistas sabemos que quizá la mejor manera de llevar a cabo esta labor sea construyendo un paralelo entre la estrategia familiar y la estrategia corporativa, ya que ambas incluyen comunicación, establecimiento de metas, revisión de los avances, corrección y actualización.
A simple vista el asunto de la comunicación parecería obvio, pero, en mi experiencia trabajando con personas preocupadas por mejorar su salud financiera, encuentro que uno de los problemas más frecuentes radica en que el tema financiero puede ser -si no tabú- al menos sí muy complicado entre la pareja y aún más si se incluye a los hijos, a quienes tratamos de proteger ocultándoles (no siempre con éxito) en qué estado se encuentran las finanzas familiares.

Herramienta de ayuda, no un fin
Poner en orden las finanzas no debe implicar convertir el tema del dinero en prioridad para la familia, sino entender que es una herramienta que permite la realización de los sueños y metas que como familia establecemos. El dinero es el que compra un techo seguro y paga la educación de los hijos, alivia las enfermedades de los abuelos y paga unas vacaciones en las que todos pueden pasar juntos un tiempo.
Establecer el orden de este aspecto puede ser un buen punto de partida por la emocionalidad que representa. Hacer a un lado las emociones que califican al dinero como “poder”, “control”, “sucio” o “malo”, para calificarlo solamente como herramienta que apoya a satisfacer necesidades, ayuda también a descorrer el velo que se pone sobre el tema e invita a iniciar discusiones sanas.
Cualquiera que sea su edad, los hijos agradecen ser tomados en cuenta como parte de la familia. No se trata de transmitir enojo o preocupación, sino de explicarles los beneficios con el cambio de hábitos de la familia, en la forma en que sea adecuada a su nivel de comprensión. Conforme los hijos crecen obtienen grandes ventajas al tomar conciencia acerca del manejo del dinero, pues les ayuda a ser independientes y les motivará a establecer bases sólidas para su futuro como adulto. Parte de la felicidad de nuestros hijos consistirá en no tener que sufrir por cuestiones de dinero y en una preparación para su independencia futura. Esto puede ser uno de nuestros mayores satisfactores como padres.

Una meta en común
Acciones aisladas no ganan batallas. Todo aquello que la familia hace en conjunto debe obedecer a un plan maestro. Establecer metas en familia significa escuchar los deseos y necesidades de todos aquellos a quienes desea involucrase. Negociar y asignar recursos para lograr acuerdos y compromisos, así como lograr establecer metas claras y concretas en torno a las cuales se realizarán acciones en familia, son el punto de partida que permitirá evaluar si la familia camina hacia un destino común.
Hablemos ahora de la medición de resultados como otro componente de la comunicación familiar. De no existir, además de no saber si las estrategias están funcionando, la motivación de la familia disminuirá. Si se establece como meta disminuir el monto del recibo de luz, por ejemplo, se debe informar qué tanto se viene gastando y cuál es la meta. A medida que nos acercamos a la meta conviene agradecer los esfuerzos que la familia, tal como haría un director general festejando lo que se conoce como “metas intermedias”.
Finalmente, recordemos también que los líderes exitosos toman en cuenta la retroalimentación constante de su equipo. No estará de más pedir a la familia ideas acerca de cómo pueden ahorrar más. Seguramente se recibirán ideas muy creativas, que a su vez mantengan a todos los miembros de la familia enfocados en convertirse en una familia financieramente inteligente.
Puede no ser un camino fácil, pero el recorrido hacia la salud financiera estará lleno de satisfacción y crecimiento. Si decidimos recorrerlo en familia, será un momento de crecer juntos y aprender a valorarnos, después de todo, cualquier ejercicio que se lleve a cabo en familia debe tener como objetivo crecer juntos ¿no te parece?

Adolescentes y dinero

  • ¿Cuánto y cómo dar dinero a un adolescente? Lo recomendable es comenzar asignando una cantidad semanal que cubra las necesidades que enfrenta. Una forma de estimarla es llevar la cuenta de lo que se le va dando a lo largo de un par de semanas y así establecer un presupuesto.
  • Prepárate para las fallas. Como adultos no es fácil llevar un presupuesto, así que no esperes que tu adolescente sea un experto al primer intento. Habla con él o ella antes de darle luz verde y establezcan mecanismos de comunicación para saber si todo marcha sobre ruedas, pero también sé firme si no cumple con lo acordado.
  • Límites y responsabilidades. Quiere a tu hijo por lo que es y trátalo como quieres que sea. Acepta que quizá no sea capaz de obtener un sobresaliente a la hora de ejercer autocontrol y poner un límite a sus gastos, pero si estás ahí haciendo función de portero para que sus impulsos no le metan gol poco habrás de ayudarlo. Déjale saber que confías en que será capaz de ser responsable y que pondrá un límite a sus antojos.
  • Invítalos a tomar decisiones. Hay familias en las que el tema del dinero es tabú y nunca se trata delante de los hijos, de tal manera que nunca se enteran si la familia pasa por una mala racha y encuentran difícil entender porqué sus necesidades no pueden satisfacerse. Invitarlos a enterarse de la situación familiar, así como a participar en la asignación de ingresos en diferentes rubros, con lo cual se puede ganar no solo su confianza, sino su ayuda para optimizar los gastos.
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