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ISSN 2594-1976
Artículos

Ética y estética del emprendedor

admin - 1 mayo, 2016

»Los negocios también son un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética. Los negocios sin ética no son útiles«

―Alejandro Jodorowsky

C.P., P.C.FI y M.D.F. Ana Beatriz de Jesús Vargas Loaiza/Socia cofundadora y directora del Despacho Hernández-Vargas Contadores Públicos/orgullosamentecontadores@gmail.com/@abvargasl

Hablar de emprender lleva consigo muchas cosas, no solo es ofrecer un nuevo producto o servicio dentro de nuestra ciudad o comunidad, es también ofrecer algo con la calidad que se merece el consumidor final

La ética se ve involucrada en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito social y político como en el religioso; por lo tanto, también en lo empresarial. Ahora bien, definamos qué entendemos por ética y así estaremos todos en el mismo “canal”: La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. La ética estudia la moral y la conducta humana, es decir, es la que nos dice aquello que es bueno, lo que no lo es y la que establece lo permitido o deseado de una decisión o de una acción y lo que claro, no lo es.

Quizá te preguntes, ¿esto qué tiene que ver con mi empresa o mi deseo de emprender? Emprender con valores es difícil en un mundo donde el consumo, aunque no sea un bien necesario, es lo que se debe promover.

Emprender es cuestión de dinamismo, constancia y valentía para hacer frente a los retos que se nos presentarán. No debemos olvidar los valores que deben encontrarse y vivirse en nuestra nueva empresa: honestidad, respeto, solidaridad, cooperación, responsabilidad y conocimiento, valores que debemos ofrecer a nuestros clientes y a nuestra sociedad.

Ahora bien, también debemos preguntarnos qué sería ético en mi empresa: ¿Actuar con responsabilidad social? ¿Ver por mis subordinados y colaboradores? ¿Pagarles un salario justo cumpliendo toda la normativa de carácter de seguridad social y laboral?, ¿Actuar con respeto hacia nuestros colaboradores y hacia nuestros clientes? ¿No emplear publicidad engañosa de nuestros productos o servicios? ¿No hablar mal ni desprestigiar a nuestra competencia? ¿Hacer frente a mis obligaciones fiscales? Parece fácil, o más bien se dice fácil, hacerlo realidad es importante y en muchas ocasiones no es fácil en un mundo con tanta competencia, pero recuerda que puedes lograr que se te identifique por el actuar de tu empresa en el desarrollo de la sociedad.

Leía en un apunte de un emprendedor que: “Un negocio bueno en lo moral, es malo en lo económico”, triste precepto para el ejercicio del emprendimiento, recordemos que el “ganar-ganar” hará que se crezca en todos los aspectos. Es un grave error considerar que, por medio de trampas podemos lograr el crecimiento en las empresas; es necesario que cambiemos esa mentalidad, ya que un negocio nace para trascender en el tiempo, para crecer día con día, y no será mediante “mañas” o mentiras que se lograrán resultados.

Establecer los valores en las empresas es importante para su crecimiento y desarrollo; el hecho de que todos los que colaboran conozcan esos valores y los hagan realidad dará resultados que se reflejarán en el grado de satisfacción de nuestro cliente.

Los cambios constantes de nuestro entorno, el dinamismo en la tecnología y la rapidez de transformación en diferentes ámbitos trae consigo que en ocasiones se llegue a pensar en un ajuste a los valores para la sobrevivencia de las empresas, debemos tener claro que los valores no cambian ni se adecuan a nuestro entorno; estos se deben vivir y no hacerlos al gusto o al modo.

Actuar con responsabilidad social no es solo cumplir con normas y reglamentos en controles administrativos, es hacer realidad los mismos para que el consumidor final pueda sentirse satisfecho del bien o servicio prestado. Hacer que nuestro entorno cambie y se transforme, que nos identifiquen por ser ese factor de desarrollo y transformación, que nos busquen para ser nuestros colaboradores, para asociarse a nuestra empresa y para hacer negocios con nosotros.

Al emprender entendemos que somos ejemplo para quienes nos observan, actuar con ética y profesionalismo nos hará diferentes y distinguirá de los demás.

Al concebir la idea de nuestra idea de negocio, debemos también concebir la creación del código de actuación con el cual nos desarrollaremos y enfrentaremos el día con día. Busquemos en ese código fomentar los valores entre nuestros colaboradores, propiciar un ambiente de lealtad y compromiso hacia la empresa, buscando el crecimiento de cada colaborador y de esta.

Al crear este código debemos observar lo siguiente:

  • Es importante que la alta dirección conozca los valores, ya que debe partir de la dirección el hacerlos realidad.
  • El código no se impone, la participación de quienes integran la empresa hará que participemos de los valores que queremos vivir.
  • Contar con la asesoría de un experto en el tema, sobre todo, que logre expresar de manera clara lo que se busca.
  • El código debe expresarse brevemente y con claridad, de tal manera que pueda ser recordado en cada etapa y proceso.
  • Incluirlo siempre en el discurso y en las acciones.
  • No olvidar los valores propios de los integrantes, jamás debe contraponerse un valor de la empresa.
  • Considerar el bien común y la responsabilidad social que tenemos con la comunidad en la cual estamos establecidos.

No olvidemos que formamos parte de un todo y la aplicación valores nos hará ser mejores. Apliquemos los valores en todo lo que desarrollemos y construyamos juntos las empresas que exige nuestra sociedad.

Vivir y participar en empresas con valores tiene un impacto positivo no solo en el ambiente de trabajo, los resultados económicos y la calidad de los productos y servicios, sino también en el sector y demás organizaciones con las que establecemos relaciones y de forma muy especial en las personas que las integramos, al llevar a la práctica personal lo empresarial.

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