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ISSN 2594-1976
Artículos

¿El pescado se pudre de la cabeza para abajo?

admin - 16 junio, 2016

M.A.N. y C.P. María Elena Gutiérrez Rivera/Docente en licenciatura de Negocios Internacionales ESCA Santo Tomás/elena_gtz2577@yahoo.com.mx

En la actualidad existe un renovado interés por la ética, lo cual es explicado por los siguientes hechos: a) Daños al medio ambiente, b) Innumerables y repetidos casos de corrupción y violaciones a los derechos humanos y c) Surgimiento de la tercera revolución en la informática

Esta preocupación por la ética abre nuevas clasificaciones de la misma, tales como: ética financiera, ética de biotecnología, ética biomédica, ética en los negocios, responsabilidad social empresarial y desarrollo sustentable.

Ahora bien, tomando como referencia los puntos que anteceden, se alude a la corrupción como parte del comportamiento humano, la cual es un acto voluntario, decisiones en momentos clave en los que convergen diversidad de actores y procesos, que conducen al objetivo de lograr beneficios que pueden ser: económicos, de poder o de condición, tanto a favor de la persona o grupo interesado privado o público.

La corrupción se manifiesta en la vida pública, política, burocrática, en la procuración y administración de justicia, en la ciencia y cultura, docencia, periodismo, relaciones familiares, ejercicio profesional y en actividades comerciales, agropecuarias, industriales, bancarias, así como en sindicatos y en otras acciones de los sectores social, público y privado.

Derivado de lo anterior, la corrupción posee diversas aristas y generalmente no es un acto aislado, sino un sistema de comportamiento, una especie de cadena comunicacional en negativo. El agente desencadenante es el grupo o persona que tiene poder. La actuación de estos personajes que tienen decisión tiende a involucrar en efecto dominó a una pluralidad de personas, constituyéndose así las redes de corrupción.

Noción de corrupción

  • El que un comportamiento sea calificado de corrupto depende del sistema jurídico de referencia y de las prácticas sociales desde la que se juzga el hecho; estas deben ser consideradas porque todo sistema jurídico tiene implícito una moral crítica, por lo menos, compartida con una parte de la sociedad y en consecuencia esta moral influye en la construcción del sistema jurídico; he aquí la parte medular que origina la dificultad de llegar a un acuerdo sobre a qué figuras se les puede calificar de corruptas.
  • Otro aspecto a considerar en la relación con la corrupción es el poder (autoridades o cargos públicos); pero es indiscutible que esta consideración se extiende en el ámbito público y privado porque el poder se establece en ambos.
  • Es importante tener presente que el poder es un caldo de cultivo para la impunidad, la cual tiene dos vertientes:
    • Posibilidad de ocultar la realización de un acto corrupto frente a los demás.
    • Posibilidad de eliminar controles y candados.
  • La decisión es otro factor a considerar, ya que se pueden tomar decisiones que beneficien intereses particulares y no solamente desde una perspectiva económica.

Estamos plagados de leyes y códigos que contienen artículos obsoletos o que simplemente no se aplican, y mucho menos se cumplen, lo que con frecuencia desemboca en la impunidad.

En la actualidad hay diversos ejemplos que vienen repitiéndose por costumbre y tradición: nepotismo, dedazos para ocupar cargos públicos; elaboración de leyes violatorias de derechos humanos, deficiencias del aparato administrativo al que nunca se le fincan responsabilidades; tráfico de influencias, soborno, cohecho, negociación de puestos oficiales y contratos administrativos, malversación de fondos públicos; delincuencia organizada, venta de armas, materiales nucleares, residuos químicos y radiactivos, pedofilia, narcotráfico, tráfico de órganos humanos, violación de vedas de especies en extinción, tala inmoderada, contaminación del aire, deforestación, caza de especies en extinción, atentar contra los derechos de los animales, contaminación del agua, falsificación de documentos, espectáculos ilícitos… extensa lista mas no exhaustiva.

Un ejemplo son los delitos de robo a transeúntes, casa habitación, vehículos, entre otros, que por sus características dañan de forma directa a la ciudadanía y que, la mayoría de las veces, no se denuncian pues, en caso de hacerlo, es con la finalidad de observar un requisito exigido por las compañías aseguradoras para cubrir cuando proceda la indemnización, y no porque se tenga confianza en el esclarecimiento del delito, ya que las autoridades no le dan seguimiento.

¿La solución?

¿Se pueden prolongar ilimitadamente políticas de ajuste sin hacer algo más serio para mejorar las condiciones de vida de la población de menores ingresos? ¿Hay alguna probabilidad de enfrentar los problemas sociales sin invertir en el campo de lo social?

El ser humano posee y es, dice Aristóteles, más primaria y primitiva, una tendencia a lo egoísta, que identifica con las pasiones autónomas de la razón, a los apetitos. Lo natural, decía, es que todo tenga un fin, por ende el ocuparse del dinero como fin es corrupto, ya que ese quehacer no tiene fin. Al romperse la relación social, entonces emergen del hombre las más profundas y perversas ambiciones de su ser. A saber, un deseo incontenible y vil por el poder. Instaurando así, no la política de la autoridad, sino la política del poder, “política” que por regla exige la sumisión del otro por cualquier medio, ya por la fuerza, el terror o el dinero (preferida esta última por la democracia corporativa o empresarial), instaurando el reino del despotismo, la ambición desmedida y la enemistad.

Derivado de lo anterior existen dos formas de hacer política en la historia de la humanidad, dos formas que sintetizan la acción o la pasión humana, ellas se refieren a la política de la autoridad y a la política del poder. La política de la virtud ética o la política de la fuerza y del terror, y por qué no, de la minoría o la mayoría que tienden a la construcción de legitimidad pero no al establecimiento de la justicia, motor de un buen gobierno, sobre todo sí se refiere a lo social, es decir, hablamos de una política fincada en la calidad humana y otra en la cantidad y vicio, dinero.

Dos proyectos que definen la organización política, económica, social, jurídica, administrativa, religiosa, filosófica, educativa, laboral, etc., de los distintos pueblos; por ello mismo, es necesario poseer un conocimiento mínimo sobre los diferentes géneros de vida política, económica y social que las personas han elegido para gobernar en su comunidad, porque es a través de las personas que se da origen a las diferentes instituciones que orientan el quehacer público de sus gobernantes y de sus ciudadanos ¿o acaso el comportamiento de autoridades políticas, servidores públicos, empresarios, comerciantes, banqueros, estudiantes, mujeres, hombres y niños estaría fuera de la naturaleza de su propio gobierno?

Es evidente que no, pues este es el principal responsable de salvaguardar los principios que le dieron el origen y que fundamentan su acción, ya que ningún Estado educa a sus ciudadanos en contra de los principios que le dieron vida, así, cada ciudadano defenderá su estatuto como miembro activo de su comunidad: caso contrario se referiría únicamente a una comunidad de hombres envilecidos, mas no a una comunidad política, pues de todos es conocido que el expediente despótico no conoce ni reconoce la calidad del ciudadano, sino solo crea y fortalece una relación ficticia entre los hombres trazada por el interés individual antes que el social (política de poder [relación entre amo y esclavo, cantidad antes que calidad, fuerza bruta]).

La corrupción es por excelencia la muestra más exacta de la existencia de confusión en el hombre, pues al no saber deliberar correctamente confunde a lo público con algo de lo privado, llevándolo a hacer de la cosa pública un negocio que, a la postre, terminará por destruir los pilares de la política y la ética. Es fácil reconocer que si algo le ha costado trabajo al hombre en toda su historia es precisamente la dificultad de fijar los principios que salvaguarden el equilibrio, es decir, la justicia, la virtud, el honor y la prudencia, valores elementales del ejercicio ético y político de sus acciones públicas.

Consideremos que un Estado se disuelve cuando se corrompen los principios de su gobierno, cuando las leyes son malas y no tienen vigor, cuando la autoridad es despreciada, cuando la anarquía se apodera de todas las clases del Estado, cuando los ciudadanos se aíslan y se separan de la patria, cuando la violencia muda forma parte de su gobierno.

De manera enunciativa mas no limitativa una propuesta sería fortalecer la calidad en la educación y en la prestación de servicios públicos, así como la procuración y administración de justicia; implementar políticas y programas que procuren el reparto equitativo de la riqueza pública que restrinjan las grandes desigualdades entre pobres, ricos y marginados, que se impulse el desarrollo económico y social sustentable de la población.

Es evidente que la corrupción requiere de dos partes y si pretendemos terminar con la misma, debemos participar como sociedad para no permitirla, hay que denunciarla y exigir que quien incurra en esta reprobable práctica sea sancionado.

Referencias

Aguilar, L. (2005). Antología 1. El estudio de las políticas públicas. México: Miguel Ángel Porrúa.

Arteaga, C.; Solís, S. (2005). Necesidades sociales y desarrollo humano: un acercamiento metodológico. México: UNAM.

Cuevas, R. (2011). Ética y responsabilidad social de las empresas. México: Miguel Ángel Porrúa.

Guerra, J. (2001). Apuntes y notas para un diagnóstico de la Procuración de Justicia en México. México: Instituto de investigaciones jurídicas.

Hurtado, S. (2006). Justicia, políticas públicas y bienestar social. México: UNAM.

Sánchez, N. (2013). El mundo de la ilegalidad e impunidad. México: Trillas.

ftp://tesis.bbtk.ull.es/ccssyhum/cs161.pdf

http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/delgado_s_p/capitulo1.pdf

http://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/07607.pdf

http://dspace.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/6279/La%20corrupci%C3%B3n%20pol%C3%ADtica%20en%20la%20democracia%20y%20la%20confianza.pdf?sequence=1

http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/02/28/corrupcion-parte-estructural-del-capitalismo-mundial/

http://www.instituto127.com.ar/Bibliodigital/Arnoletto_cursodeTeoriaPolitica.pdf

https://www.marxists.org/espanol///tematica/cienpol/aristoteles/pol.pdf

http://www.miguelcarbonell.com/artman/uploads/1/3.pdf

http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-33231999000100016

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